La FIFA y la UEFA se enfrentan por el proyecto de un Mundial cada dos años

Joseph Blatter apunta al año 2008 como arranque de este nuevo formato

El conflicto está servido. Joseph Blatter, presidente de la FIFA, dio ayer un paso más en su proyecto de una Copa del Mundo cada dos años y apuntó la fecha del 2004 como celebración del centenario de la FIFA. Horas después, un comunicado de la FIFA rectificaba este dato y apuntaba al 2008 como fecha de arranque del nuevo formato de Mundial. Las reacciones se habían extendido ya a todo el mundo del fútbol. La UEFA declaraba su total oposición al proyecto, pero algunas federaciones europeas lo apoyaban con entusiasmo. En el fondo, una guerra por el control financiero del fútbol.

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El conflicto está servido. Joseph Blatter, presidente de la FIFA, dio ayer un paso más en su proyecto de una Copa del Mundo cada dos años y apuntó la fecha del 2004 como celebración del centenario de la FIFA. Horas después, un comunicado de la FIFA rectificaba este dato y apuntaba al 2008 como fecha de arranque del nuevo formato de Mundial. Las reacciones se habían extendido ya a todo el mundo del fútbol. La UEFA declaraba su total oposición al proyecto, pero algunas federaciones europeas lo apoyaban con entusiasmo. En el fondo, una guerra por el control financiero del fútbol.

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No se trataba de un comentario inocente. La estrategia de Blatter se puso ayer claramente de manifiesto. Por la mañana, declaró de forma terminante que se trataba de un proyecto en firme y que la fecha idónea para el nuevo formato de Copa del Mundo sería la del 2004, coincidiendo con el centenario de la FIFA. Por entonces, las reacciones se habían disparado en el mundo del fútbol y la disparidad de criterios era evidente. Existía sobre todo una confusión total sobre cómo afectaría al calendario y dónde irían a parar competiciones como la Eurocopa o la Copa América. Ya por la tarde, la FIFA modificó, mediante un comunicado, lo expuesto por Blatter para señalar el 2008 como fecha de arranque, "fecha que daría tiempo a coordinar el calendario internacional y a respetar los contratos existentes con los diferentes patrocinadores". Blatter explicaba que un Mundial cada dos años permitiría mayores fuentes de financiación para las federaciones, promover el fútbol a todos los niveles, y reformar a fondo el calendario "sin sobrecargar a los jugadores de alto nivel". La reacción más furibunda a la propuesta de Blatter procedió de la UEFA y de su presidente, el antiguo rival de Blatter en la lucha por el trono de la FIFA, el sueco Lennart Johansson. Johansson se declaró "sorprendido" por esta propuesta y opuesto al proyecto, hasta calificar de inaceptable la fecha del 2004, fecha precisamente en la que se debería celebrar una Eurocopa para la que se presentaba la candidatura de España. "La UEFA", añade el comunicado de Johansson, "no ve ninguna ventaja en un escenario que amenaza con romper el equilibrio de competiciones existente". Johansson terminó manifestando que el proyecto no se había presentado en ninguna comisión de la FIFA.

Sin embargo, la reacción de la UEFA no contó con la unanimidad de algunos asociados, lo que deja en evidencia el cisma que se avecina con esa propuesta de por medio. Así, dirigentes de federaciones europeas como la inglesa, francesa, italiana y austriaca, se mostraron favorables al proyecto. Claude Simonet, dirigente de la federación francesa, resumió así su apoyo a Blatter: "Es una forma de luchar contra un campeonato europeo de clubes que escapa del control de los poderes deportivos". "Para evitar que el fútbol sea objeto de especulaciones, es necesario que las competiciones de selecciones sean lo más atractivas posible", dijo su colega Beppo Mauhart, presidente de la federación austriaca.

En terreno español, las reacciones fueron diversas. Mientras la Federación Española evitó inclinarse de un lado ("debemos conocer aún el proyecto, dijo Ángel Villar, su presidente), la Liga Profesional mostró su oposición: "Ya no caben más competiciones, las grandes Ligas deben oponerse, va a ser una guerra UEFA-FIFA". A última hora, el presidente de la Comisión Médica de la FIFA, el belga Michel D´Hooghe, desaconsejaba la medida: "Davaluamos nuestro mejor producto y añadimos más partidos al calendario y esto no puede ser. Ya hemos alcanzado el límite".

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