Luque pinta goles geniales

El ariete del Mallorca B, "pichichi" de Segunda División, intenta parecerse a Vieri

Llevaba jornadas compitiendo por el Pichichi. Los goles en Segunda División, sin embargo, parecen menos goles. Hasta que, entre confiado y afortunado, se decidió por una jugada digna del mejor futbolista de Primera. Alberto Luque controló el balón en el centro del campo, vio al portero César adelantado y desde unos 45 metros dibujó una parábola perfecta. La pelota besó la red y rompió el sopor que había presidido el partido entre el Mallorca B y el Recreativo.Un gol de autor que conmocionó el estadio y provocó comentarios de todo tipo. "Luque fue Pelé, y el Lluís Sitjar, Maracaná", cantó un ve...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Llevaba jornadas compitiendo por el Pichichi. Los goles en Segunda División, sin embargo, parecen menos goles. Hasta que, entre confiado y afortunado, se decidió por una jugada digna del mejor futbolista de Primera. Alberto Luque controló el balón en el centro del campo, vio al portero César adelantado y desde unos 45 metros dibujó una parábola perfecta. La pelota besó la red y rompió el sopor que había presidido el partido entre el Mallorca B y el Recreativo.Un gol de autor que conmocionó el estadio y provocó comentarios de todo tipo. "Luque fue Pelé, y el Lluís Sitjar, Maracaná", cantó un veterano comentarista deportivo, sin reparar en las observaciones de unos aficionados que le recordaban que Pelé nunca marcó un gol como el que acababa de marcar Luque.

Nacido hace 20 años en Terrassa, el delantero acababa de justificar su condición de máximo goleador de la Segunda División, con 11 tantos, y también de internacional sub 21. Luque vio premiados por fin su esfuerzo y su apuesta. Formado en la cantera del Barça, aguantó hasta que se dio cuenta de que en el equipo jugaban otros que no eran mejores que él. No le gustaba a Toni Bruins, el coordinador de la cantera azulgrana y ayudante de Johan Cruyff, que consideraba que su perfil no se ajustaba al estilo de juego del Barcelona, y ante la pasividad de los servicios técnicos decidió abandonar el club azulgrana.

Ya era entonces un futbolista rápido, pero pocos le auguraban un gran futuro por su físico. Hasta que recaló en la Fundación Ferran Martorell -que fue vicepresidente del Espanyol-, un marco ideal para que un juvenil se reencuentre, trabaje sin presión y recupere fuerzas.

Marcó 21 goles en una temporada excepcional y puso en alerta a varios ojeadores de todas las categorías. El Mallorca fue el más rápido y acabó por contratarle.

"Juego en Segunda, pero mi objetivo es llegar pronto a la Primera División", asegura Luque, muy crecido futbolísticamente. "Ya realicé la pretemporada a las órdenes de Héctor Cúper", agrega. "Recuerdo que el entrenador me pidió encarecidamente trabajo y mucha paciencia, y creo que estoy cumpliendo".

Ya tiene planta de delantero rompedor, pues mide 1,85 metros y pesa 77 kilos, unas cifras que nunca se le pronosticaron en el Camp Nou. Y está acostumbrado al esfuerzo. De pequeño ya recorrió el trayecto de Terrassa a La Masia para intentar convencer a los técnicos azulgrana de que tenía sitio en el equipo juvenil. Y después dejó el hogar familiar para viajar a Palma de Mallorca, donde comparte un piso alquilado con su compañero de equipo Jesús Perera.

Forma parte del filial mallorquinista, del que nadie se acuerda por la excelente campaña del primer equipo. Pero Luque está en los planes del seleccionador español José Antonio Camacho, que lo hizo debutar ante Italia, y también de Cúper. "Es difícil para un jugador joven tener continuidad", observa, "por el momento la estoy teniendo y espero dar el salto muy pronto".

Los técnicos que han seguido su trayectoria le definen como un delantero muy fino técnicamente, de gran remate, rápido e intuitivo. Su mejor pierna es la izquierda, que maneja con una habilidad que recuerda la del matador Mario Kempes. A él, sin embargo, le agrada el italiano Cristian Vieri, "un jugador increíble al que siempre he querido parecerme", dice. Recuerda con gusto los goles que le vio marcar siendo jugador del Atlético de Madrid.

De vez en cuando interrumpe su sueño y mira hacia atrás. Recuerda con cariño, por ejemplo, a los compañeros que tuvo en el Barcelona, como Ismael López (ahora jugador del Alavés) y David Ávila (Espanyol B). Todos han seguido los caminos más sinuosos para intentar triunfar en el fútbol, y Luque no ha sido la excepción. "El exceso de extranjeros nos ha perjudicado", afirma sin reparos.

Tiene la espina del Barcelona clavada en su corazón y afirma, categórico, que no se alegra por el mal momento que está atravesando su ex club. "Van Gaal es el culpable", subraya, "porque le dieron los jugadores que pidió". El entrenador holandés capitaliza hoy todos los males del club azulgrana. Luque, en cualquier caso, por el momento prefiere asentarse en el Mallorca y olvidarse de lo que podía haber sido como futbolista en el Camp Nou.

La aportación de Luque ha resultado decisiva para el equipo, pues sus 11 goles en siete partidos le han dado 15 puntos al Mallorca B. El primer equipo que encajó los goles del ariete del filial rojillo fue, curiosamente, el Barcelona B.

Pese a que no quiere ser esclavo de una promesa, apunta que puede llegar a marcar 20 goles, una cifra con la que al menos se sentiría satisfecho a la hora de realizar balance al final de temporada.

La confianza le permite intentar jugadas como la que acabó en gol frente al Recreativo.No es una novedad. La temporada pasada, en la liguilla de ascenso, ya le marcó un tanto desde 50 metros al Athletic B.

Archivado En