FÚTBOL DUODÉCIMA JORNADA DE LIGA

El Barça admite su impotencia tras ganar sólo 6 de 19 partidos

El Camp Nou clamó el sábado contra Van Gaal y el vestuario acabó ayer clamando su impotencia. La plantilla del Barça despertó ayer con la resaca de la noche más maldita, la derrota ante el Atlético con un gol de penalti de Jugovic. Su recuerdo de la fiesta del centenario -Van Gaal les prohibió asistir a la ceremonia- será el de todo el estadio pidiendo, a diez minutos del final, y por cuatro veces consecutivas, la cabeza de Van Gaal. Fue la culminación de una pesadilla tras las derrotas en Oviedo, Mallorca y la pérdida de Europa. El vestuario, una torre de babel rota y desunida, asiste incapaz...

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El Camp Nou clamó el sábado contra Van Gaal y el vestuario acabó ayer clamando su impotencia. La plantilla del Barça despertó ayer con la resaca de la noche más maldita, la derrota ante el Atlético con un gol de penalti de Jugovic. Su recuerdo de la fiesta del centenario -Van Gaal les prohibió asistir a la ceremonia- será el de todo el estadio pidiendo, a diez minutos del final, y por cuatro veces consecutivas, la cabeza de Van Gaal. Fue la culminación de una pesadilla tras las derrotas en Oviedo, Mallorca y la pérdida de Europa. El vestuario, una torre de babel rota y desunida, asiste incapaz a una caída sin fin. Quedan sólo frases hechas sobre la tranquilidad y, pese a respetar el veredicto de la afición, el apoyo a Van Gaal. "Soy culé, soy del Barça y defenderé a Van Gaal para sacar esto adelante", dijo Guardiola, el capitán, tras recordar que la directiva había confirmado al técnico y avisando de que un cambio en el banquillo no garantiza tampoco ir a mejor."!Fuera Van Gaal, fuera Van Gaal!". El clamor que salió de las gargantas del Camp Nou se reprodujo ayer junto al campo de entrenamiento de La Masia. Un autocar de seguidores, que presenciaron la ceremonia del centenario y regresaban a Málaga, hizo un primer alto en el camino para desatar las iras contra el técnico. Les quedaban aún más de 1.000 kilómetros de viaje y de una fiesta para olvidar. "Dio pena ver a todo el estadio con el pañuelo y pidiendo el cese de Van Gaal. "Él tiene parte de culpa, pero nosotros también", dijo Xavi.

Balance deficitario

Apenas les reunió 15 minutos. El holandés repitió a los jugadores su discurso de puertas afuera: que no jugaron bien y que el Atlético se defendió con firmeza. Y les acabó pidiendo unidad y coraje. Son siempre los mismos argumentos y se insinuan ya huecos: El Barça arrastra un palmarés propio de un equipo que lucha por sobrevivir. Su balance es deficitario. Ha perdido más encuentros que ganado. De los 19 partidos que ha disputado en la Liga, Liga de Campeones y Supercopa, ha vencido en sies, empatado otros seis y perdido siete ante equipos tan dispares como el Mallorca -tres veces-, el Bayern -en dos-, Oviedo y Atlético."¿Si esto tiene solución?", se preguntó a Anderson. "Si, necesitamos tranquilidad y buscar respuestas desde dentro del equipo para ganar la Liga". Guardiola lanzó un mensaje de autoestima: "Es un privilegio que los futbolistas podamos arreglar esta situación jugando bien al fútbol. La gente nos aplaudió el día del Manchester. Con el buen fútbol, tiene bastante". La teoría encierra cierta paradoja: el Barça sólo ha ilusionado este año -al margen de un par de genialidades de Rivaldo- en los dos partidos ante los ingleses. Pero eso no les bastó para sobrevivir en la Liga de Campeones.

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