El Betis se olvida del fútbol

El Betis se acerca al precipicio y, además, amenaza con tirarse por el por propia iniciativa. El Vejle venció ayer en el primer partido de la participación europea del equipo sevillano. Pero lo peor no es perder un partido, sino no saber donde está uno. El juego del Betis no mejoró, aunque el enemigo era menor. Lo que le importaba al equipo sevillano en estos momentos era un baño de autoestima y el contrincante era propicio, pero en este Betis no hay fútbol. Hay buenos profesionales, pero no juego y eso es temible, porque la solución también amenaza con caer fuera del rectángulo de césped.Las...

El Betis se acerca al precipicio y, además, amenaza con tirarse por el por propia iniciativa. El Vejle venció ayer en el primer partido de la participación europea del equipo sevillano. Pero lo peor no es perder un partido, sino no saber donde está uno. El juego del Betis no mejoró, aunque el enemigo era menor. Lo que le importaba al equipo sevillano en estos momentos era un baño de autoestima y el contrincante era propicio, pero en este Betis no hay fútbol. Hay buenos profesionales, pero no juego y eso es temible, porque la solución también amenaza con caer fuera del rectángulo de césped.Las ideas no fluyen. El centro del campo mejoró ayer con la incorporación de Ito. Pero su calidad es alta en la tabla media de las calidades. Ito no desquilibrará partidos; contribuirá a ganarlos. En el centro del campo del equipo sevillano hay un verdadero agujero de neuronas. Las estrellas no determina nada. Denilson dilapidó su talento ayer en la misma medida en la que lo ha hecho en sus anteriores comparecencias. Brinca, rebrinca, taconea o lo que haga falta, pero nunca en una situación definitiva.

La llegada de Vicente Cantatore auguraba una época de mayor tranquilidad. Pero no ha sido así. El Betis no gana. Y, tal y como demostró ayer frente a uno de los más modestos enemigos que le han podido tocar, no puede ganar.