El Madrid gana sin despeinarse

El equipo de Hiddink confirma su buen tono ante un flojo Mönchengladbach

A medio gas, el Madrid cerró la pretemporada confirmando el buen tono ofrecido durante la misma, al tiempo que despachaba sin apenas problemas a un desabrido Mönchengladbach. Todos en el Madrid desean que llegue ya la competición -lo hará el día 28 ante el Chelsea en la Supercopa-, pero fundamentalmente Savio, que vive en estado de gracia y no quiere que le ocurra lo del año pasado: a una pretemporada excelente le siguió una temporada aciaga. Su fino fútbol por la izquierda fue lo más sobresaliente ayer del Madrid, que siempre encontró por ese lado un salida estupenda.El conjunto de Hiddink ju...

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A medio gas, el Madrid cerró la pretemporada confirmando el buen tono ofrecido durante la misma, al tiempo que despachaba sin apenas problemas a un desabrido Mönchengladbach. Todos en el Madrid desean que llegue ya la competición -lo hará el día 28 ante el Chelsea en la Supercopa-, pero fundamentalmente Savio, que vive en estado de gracia y no quiere que le ocurra lo del año pasado: a una pretemporada excelente le siguió una temporada aciaga. Su fino fútbol por la izquierda fue lo más sobresaliente ayer del Madrid, que siempre encontró por ese lado un salida estupenda.El conjunto de Hiddink jugó un tanto lastrado en el centro del campo, donde ni Seedorf ni Karembeu distribuyeron con la habitual claridad del ausente Redondo. Sí se adaptó, en cambio, Raúl, quien, desde la media punta, interpretó con clase el pase en profundidad hacia Savio, cuyos centros hacia atrás se quedaron habitualmente sin complemento. No estaba Morientes (se torció el tobillo en el precalentamiento), sino Edgar, un joven portugués todavía muy verde.

Al grupo de Hiddink se le notó sobrado. De calidad y de opciones de ataque. En parte, por sus numerosas virtudes; en parte, por la evidente debilidad del Mönchengladbach, un conjunto tosco que debe recurrir al incombustible Polster (35 años) para asegurarse una relativa frecuencia goleadora. Tan sólo el centrocampista Pflipsten trató con frecuencia de llevar el balón al piso.

Y, pese a ello, el Madrid tuvo lagunas defensivas: una de ellas acabó en el gol de Polster, que cabeceó con placidez ante el suave marcaje de Sanchis. En la puerta, eso sí, Contreras transmitió seguridad, que no es poco para un guardameta joven y con escasos minutos de juego. Tras el descanso debutó Jarni, que jugó en una oposición más centrada de lo que lo hacía en el Betis y confirmó la variedad y riqueza de los zurdos del equipo: hay excedente.

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