El Atlético aburre en Segovia

El equipo de Sacchi gana 0-3, pero evidencia falta de rodaje

La disculpa es muy válida (el Atlético lleva pocos días de rodaje y el entramado táctico sobre el que trabaja es de los que requieren semanas y semanas de preparación), pero la realidad es igual de indiscutible: a día de hoy el equipo de Arrigo Sacchi ni funciona ni cautiva. Ayer, ante la Segoviana, un sparring menor, de mucho menos peso que el adversario del primer ensayo (el filial de Segunda), el Atlético volvió a decepcionar. Ganó, porque no podía ser de otra manera, y hasta con comodidad, pero la imagen volvió a ser gris. El 0-3 dejó pocas lecturas positivas.

Sacchi, de momento...

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La disculpa es muy válida (el Atlético lleva pocos días de rodaje y el entramado táctico sobre el que trabaja es de los que requieren semanas y semanas de preparación), pero la realidad es igual de indiscutible: a día de hoy el equipo de Arrigo Sacchi ni funciona ni cautiva. Ayer, ante la Segoviana, un sparring menor, de mucho menos peso que el adversario del primer ensayo (el filial de Segunda), el Atlético volvió a decepcionar. Ganó, porque no podía ser de otra manera, y hasta con comodidad, pero la imagen volvió a ser gris. El 0-3 dejó pocas lecturas positivas.

Sacchi, de momento, insiste en el dibujo táctico del 3-4-3, que no es definitivo. Santi, Torrisi y Gustavo formaron la línea de atrás en la primera mitad (Ramón suplió al italiano tras el descanso); Aguilera, Roberto, Bejbl y Njegus actuaron en el centro del campo (Mena, Vizcaíno, Pablo García y Toni, en la segunda parte), y José Mari, Kiko y Correa compusieron el tridente atacante (después Juninho, Bogdanovic y Lardín). Y la sensación fue similar en un periodo y otro. Fútbol aburrido, lento, sin ritmo, muy poco ligado. No hubo nunca problemas en el aspecto defensivo -la debilidad del rival garantizaba por ahí una tarde tranquila-, pero sí en el ofensivo. Sólo Kiko, Roberto y Juninho, luego, brillaron algo. Por goles, sólo por eso, dejó mejor balance la alineación de la primera parte. Dos se anotaron entonces, ambos con la firma del uruguayo Correa, el realizador de la pretemporada (también marcó el día del filial). Abrió la cuenta en el minuto 6 y más tarde, de penalti, en el 39.

El tercero llegó ya tras el descanso. En el minuto 72, obra de Juninho, el único futbolista del Atlético que puso ganas y electricidad a esa fase final del encuentro. El pero es que Juninho lo hizo por su camino habitual, el individualismo, y lo que persigue ahora el Atlético es el acoplamiento de sus jugadores al sistema. Y de eso, por ahora, poca cosa.

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