El candidato quiere tener mayoría en la comisión del programa electoral y 'ficha' a Mendiluce y Escudero

El candidato a la presidencia del Gobierno, José Borrell, va a tomarse muy en serio su papel de impulsor del programa electoral con el que los socialistas pretenden ganar las próximas elecciones y llevarle al Palacio de la Moncloa. Su próximo objetivo es llegar a un acuerdo con el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, para que desde la dirección del partido no se pongan trabas a que en la comisión del programa electoral la mayoría de los miembros que la compongan lo sean a propuesta suya.La aprobación de esta comisión corresponde al Comité Federal que se reunirá el próximo día 11, aunq...

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El candidato a la presidencia del Gobierno, José Borrell, va a tomarse muy en serio su papel de impulsor del programa electoral con el que los socialistas pretenden ganar las próximas elecciones y llevarle al Palacio de la Moncloa. Su próximo objetivo es llegar a un acuerdo con el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, para que desde la dirección del partido no se pongan trabas a que en la comisión del programa electoral la mayoría de los miembros que la compongan lo sean a propuesta suya.La aprobación de esta comisión corresponde al Comité Federal que se reunirá el próximo día 11, aunque el candidato propondrá que el asunto se solvente en uno que se celebre con carácter extraordinario y exclusivamente para tratar del programa electoral el próximo mes de septiembre. En la práctica, Borrell ya ha formado su comité, compuesto por la totalidad de los miembros de su oficina junto al eurodiputado José María Mendiluce y Manuel Escudero, ex coordinador del llamado Programa 2000 -un programa de debate impulsado en su día por Alfonso Guerra- con quienes mantuvo la primera reunión el pasado martes. Durante más de siete horas José Borrell se reunió en un despacho de la sede de Gobelas -dependencias del partido a las afueras de Madrid, en las que también tiene su lugar de trabajo el ex presidente Felipe González- con Escudero y Mendiluce además de sus colaboradores más directos: José Antonio Gómez Yáñez, Mikel Iceta, José Antonio Alonso, Guillermo Adams, José Luis Morlanes, Julio de Benito y el director de la Oficina del Candidato, Luis Yáñez.

Manuel Escudero será una pieza fundamental en la elaboración del programa electoral ya que será el promotor y aglutinador de las propuestas que lleguen a la Oficina del Candidato y que después revertirán en la comisión del programa. La idea de Borrell es que Escudero forme parte de esa comisión que tiene que avalar el PSOE.

En este sentido no se oculta que existe cierta prevención por si la composición de la Oficina del candidato pudiera crear algún roce entre Borrell y la dirección del PSOE o incluso entre éste y el secretario general, Joaquín Almunia.

La intención de Borrell, según los mismos interlocutores, es la de que de manera natural la dirección asuma que él debe tener capacidad para designar numéricamente a la mayoría de los miembros que integren el equipo responsable de aglutinar las propuestas electorales, toda vez que él será la cabeza de cartel electoral.

La tarea de Mendiluce será la de ponerse al cargo de la "movilización externa" de grupos y colectivos para oír su opinión. En la reunión que el equipo de Borrell mantuvo el pasado martes, Manuel Escudero presentó un primer informe sobre cómo se puede articular la participación de miles de personas en la elaboración del programa.

Almuerzo con González

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El día anterior a esta reunión, el candidato y el director de su oficina, Luis Yáñez, almorzaron con Felipe González. En dicho encuentro se habló de la situación política general y muy poco de las primarias, a pesar de que Borrell llegó al almuerzo directamente después de terminar la reunión de la comisión permanente del PSOE, en la que se registró un duro debate entre él mismo y Joaquín Leguina, perdedor frente a Fernando Morán de las elecciones primarias para la alcaldía de Madrid.Las fuentes informantes aseguran que este asunto no fue comentado, a pesar del enfado que tenía Borrell por considerar que Leguina había sido injusto al acusarle de haber interferido en el proceso a favor de Morán. Aunque todo acabó bien una vez que Leguina puntualizó que creía a Borrell cuando negó cualquier injerencia por su parte, algunos asistentes reconocen que la tensión fue extrema.

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