UN PROLÍFICO YES

A Jon Anderson, el cantante del mítico grupo de rock progresivo Yes, le embarga una súbita pasión creadora. En poco más de seis meses, Anderson, de 54 años, ha visto publicados tres discos tan alejados del trabajo con su banda como divergentes entre sí. En Angels embrace , el cantante enmudece para embarcarse en las tibias atmósferas de la nueva era; The magical ring es una festiva incursión en las muy socorridas aguas de la música celta y Earthmotherearth constituye una experiencia de música acústico-ecológica, con tiernas canciones salpicadas por el trino de los pájaros ...

A Jon Anderson, el cantante del mítico grupo de rock progresivo Yes, le embarga una súbita pasión creadora. En poco más de seis meses, Anderson, de 54 años, ha visto publicados tres discos tan alejados del trabajo con su banda como divergentes entre sí. En Angels embrace , el cantante enmudece para embarcarse en las tibias atmósferas de la nueva era; The magical ring es una festiva incursión en las muy socorridas aguas de la música celta y Earthmotherearth constituye una experiencia de música acústico-ecológica, con tiernas canciones salpicadas por el trino de los pájaros y una decoración vegetal dibujada por el polifacético Jon. Tamaña eclosión artística recuerda a la que hace algunos años experimentó un ex compañero de Yes, el teclista Rick Wakeman, que se destapó con una docena de álbumes de música meditativa en apenas dos años. —