FRANCIA 98GRUPO D

El anárquico club de Stoichkov

La veterana generación del éxito búlgaro se juega su prestigio ante España

La anarquía táctica no fue un inconveniente para Bulgaria en el pasado Mundial de Estados Unidos. Bastó que se juntaran un puñado de notables futbolistas comandados por la excitación permanente de Hristo Stoichkov para prescindir de ataduras tácticas y alcanzar el cuarto puesto tras perder en el partido de consolación ante Suecia. En esta ocasión, sin embargo, la base de aquella selección ha llegado avejentada a Francia, donde la ya famosa desorganización búlgara ha multiplicado los defectos del equipo que dirige Hristo Bonev.Bulgaria no ha marcado un solo gol en sus dos partidos disputados ha...

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La anarquía táctica no fue un inconveniente para Bulgaria en el pasado Mundial de Estados Unidos. Bastó que se juntaran un puñado de notables futbolistas comandados por la excitación permanente de Hristo Stoichkov para prescindir de ataduras tácticas y alcanzar el cuarto puesto tras perder en el partido de consolación ante Suecia. En esta ocasión, sin embargo, la base de aquella selección ha llegado avejentada a Francia, donde la ya famosa desorganización búlgara ha multiplicado los defectos del equipo que dirige Hristo Bonev.Bulgaria no ha marcado un solo gol en sus dos partidos disputados hasta el momento y, a pesar de haber encajado sólamente uno, ha dado muestras de gran debilidad defensiva. "No es culpa de los defensas, sino de los delanteros, que no ayudan lo suficiente", indica Bonev. ¿Quién le va a pedir a Penev, a Stoichkov o a Kostadinov, a estas alturas de sus carreras, que ayuden más en labores defensivas? Estos tres, junto a Balakov y el ni siquiera convocado Letchkov, no han tenido el recambio pertinente de la nueva generación de futbolistas, muy por debajo del nivel de sus hermanos mayores.

"Estamos muy desorganizados en el centro del campo", añade el que está llamado a organizar el colectivo, el centrocampista del Stuttgart Balakov. Han nacido muchos pequeños grupos y las diferencias de unos jugadores que se conocen desde hace demasiados años han empezado a aflorar. Las relaciones son malas en el vestuario, por supuesto acentuadas por los malos resultados cosechados hasta el momento.

Pero Bulgaria quiere apurar sus opciones de clasificación -"la FIFA controlará la limpieza del Nigeria-Paraguay", dijo Bonev-. El conjunto búlgaro necesita ganar a España y para ello el seleccionador optará por un equipo más ofensivo que los que se enfrentaron a Paraguay y a Nigeria. Un 4-4-2 clásico en el que Iordanov abandona la demarcación de central para enlazar con una delantera integrada por Stoichkov y Kostadinov, que recupera la titularidad después de su buena actuación ante Nigeria. Bulgaria es consciente de su baja forma, pero también del de la selección española, a la que diagnostican una enfermedad evidente: el sobreexceso de presión de quienes anunciaron que llegaban al Mundial para ganarlo.

Zdradkov. Portero activo y con grandes reflejos. Como tantos otros de sus compañeros en la selección, juega en la liga turca (en el Istanbulspor). Bueno en el uno contra uno, aunque flojea, a pesar de su altura (1,86 metros), en los balones aéreos. A sus 26 años, le ha arrebatado la titularidad al veterano Mihailov, a quien no ha imitado en cuestiones capilares: Mihailov sigue luciendo un aparatoso trasplante de pelo; Zdravkov, en cambio, prefiere raparse el cabello al cero.

Ivanov. 32 años. Es el líder de la defensa: más por su capacidad intimidatoria que por su calidad, que ya es bien poca. Anda mal físicamente y trata de esconder sus deficiencias en una posición cada vez más retrasada. Llega tarde a los cortes y se emplea sin contemplaciones.

Nankov. Un lateral discreto de 29 años. Sube poco la banda. Tiene el dudoso honor de haber sido el primer expulsado del Mundial de Francia: entró por detrás al paraguayo Yegros.

Guintchev. 29 años. Central de calidad. Muy ofensivo. Saca el balón controlado desde atrás y sube a rematar las faltas y los corners. Técnicamente muy completo, aunque sufre en defensa: fue claramente superado por el nigeriano Amokachi. Juega en Turquía (Antalyaspor), donde es muy respetado.

Petkov. 22 años. Tímido. Apenas ha destacado en los dos partidos disputados. Sube muy poco al ataque y no pasa de correcto en defensa. En cualquier caso, es el más joven del veterano equipo titular y puede considerarse una de las apuestas de Bonev.

Kishischev. Vigoroso. 27 años. Sube la banda derecha con mucha frecuencia. Actúa tanto de lateral como de interior derecho. Inteligente y bien dotado técnicamente. En un partido de su equipo, el Bursaspor turco, ante el Galatasaray, llegó a contar 27 subidas por su banda. La FIFA ha sancionado a tres clubes por haberlo traspasado de manera irregular.

Yankov. 32 años. Medio centro contundente y gris. Su labor es exclusivamente defensiva y puede jugar también de central si se le necesita. Mide 1,84 metros y pesa 80 kilos. Su participación al juego ofensivo se limita a las subidas para rematar faltas o corners. Puede ser suplente.

Balakov. 32 años. Excelente lanzador de faltas. Zurdo cerrado, apenas utiliza la pierna derecha. Es, con Stoichkov, el jugador de más talento de la selección búlgara. No lleva, sin embargo, el peso del equipo. Demasiado individualista. Buen pasador y regateador. Rápido. Juega en el Stuttgart alemán, donde pidió la cabeza del entrenador Joaquim Löw después de perder la Recopa ante el Chelsea. Y se la dieron.

Bodimirov. 28 años. Interior izquierda. Notable cabeceador. Suele ser suplente, aunque Bonev lo probó en el entrenamiento del martes en el equipo titular. Es rápido y con capacidad de creación de juego. Juega en Alemania (Múnich 1800).

Iordanov. 30 años. Fundamentalmente solidario en su juego, Iordanov superó hace dos años un grave accidente de tráfico que a punto estuvo de dejarlo parapléjico. Necesitó siete meses para recuperarse. En el Sporting de Lisboa suele ser segundo delantero, mientras que en la selección actúa de defensa central o de interior, según las apetencias del entrenador. Arrastra molestias en los aductores que le impiden entrenarse con normalidad. Está mal físicamente.

Kostadinov. 32 años. Su adicción al tabaco (encadena un cigarrillo tras otro), no ha eclipsado todavía un extraordinario cambio de ritmo: el mismo que le permitió realizar la mejor jugada de su equipo en el partido ante Nigeria: un regate muy seco y un disparo al larguero que mereció ser el empate. Esa actuación ha aumentado sus opciones de jugar esta noche ante España.

Stoichkov. El jefe. 32 años. Conserva la agresividad y el espíritu competitivo, pero ha perdido la velocidad que le permitía desequilibrar cualquier partido. Ahora intenta más el desequilibrio con declaraciones ásperas, en este caso contra jugadores españoles. Sigue siendo el hombre más peligroso de Bulgaria y más si cabe frente a España, a la que se ha propuesto humillar enseñándole, si marca, una camiseta con la bandera independentista catalana.

Penev. 31 años. Decepcionante su participación hasta el momento en la Copa del Mundo. Una sombra de su excelente temporada en la Liga española. Se encuentra desmotivado, sin combatividad, fuera de forma. Fue reserva ante Nigeria y lo será probablemente ante España. No habla con la prensa y ha reforzado sus lazos de amistad con Stoichkov, con quien se escapó de la concentración el pasado martes. Con todo, Bonev recurrirá a él en un momento delicado: protege el balón como nadie y sigue golpeando de zurda como pocos.

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