BALONCESTO: FINAL DE LA NBA

El Utah Jazz estropeó la fiesta del Chicago Bulls

Todo estaba preparado. El ambiente en el United Center de Chicago era festivo, el operativo policial, alerta para hacer frente a lo que se le venía encima y el programa de actos para el fin de semana, perfilado. Todo estaba bajo control, pero algo falló. Cuando nadie daba un duro por el Jazz y se hablaba más de la temporada próxima que del final de la presente, surgió Malone y estropeó la fiesta.Hasta el día de ayer, Karl Malone había estado fallón, errático, inoperante, sobre todo en las resoluciones de partido. Al quinto resucitó, y lo hizo a lo grande. De principio a fin Malone estuvo sober...

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Todo estaba preparado. El ambiente en el United Center de Chicago era festivo, el operativo policial, alerta para hacer frente a lo que se le venía encima y el programa de actos para el fin de semana, perfilado. Todo estaba bajo control, pero algo falló. Cuando nadie daba un duro por el Jazz y se hablaba más de la temporada próxima que del final de la presente, surgió Malone y estropeó la fiesta.Hasta el día de ayer, Karl Malone había estado fallón, errático, inoperante, sobre todo en las resoluciones de partido. Al quinto resucitó, y lo hizo a lo grande. De principio a fin Malone estuvo soberbio, con la misma cara de otros días pero con el acierto que le había sido esquivo (39 puntos). Superó a todo el que se le puso por delante, mantuvo a Utah en los peores momentos y para rematar la faena metió canastas decisivas, sobre todo un tiro desde la esquina a falta de 53 segundos (76-80).

Malone pudo con el Bulls, con la presión de la posible eliminación, con las mil y una críticas que ha recibido en la última semana. Pero a pesar de su partidazo, toda la exhibición de Malone se hubiese quedado en nada efectivo de no ser por la aparición de un secundario. Antonie Carr estuvo providencial clavando tres tiros cuando a Malone le rodeaban hasta tres jugadores en jugadas claves del partido. Ocho puntos en el último cuarto, cuatro en el último minuto, fue su vital contribución al éxito de Utah. Todo lo contrario le ocurrió a Toni Kukoc. Su rendimiento fue tan explosivo y acertado como inútil, aunque al menos se hizo acreedor a un honor sin precedentes. Mientras estaba Michael Jordan en el campo, con el anillo de campeón a tiro, Kukoc fue el elegido para jugarse los últimos balones. La decisión era lógica pues el croata se había convertido en el único jugador resolutivo del Bulls. Un triple suyo reanimó a Chicago cuando Carr llevó la situación al límite (71-78, a falta de 2m 18s). La serie vuelve a Salt Lake City con el Jazz revitalizados (3-2 para el Bulls). El tercer título consecutivo de Chicago deberá esperar al menos hasta esta madrugada (1.30 horas, Canal +).

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