Shírov vislumbra el triunfo en el Torneo de Candidatos

Los simpatizantes de Vladímir Krámnik tienen motivos para sentirse defraudados. El ruso no arriesga casi nada e intenta ganar técnicamente a Alexéi Shírov, que aguanta sin muchos apuros. El empate de ayer, en la 7ª de las diez partidas previstas, deja al español en una situación muy favorable para retar a Gari Kaspárov: domina por 4-3 y tendrá la ventaja de las piezas blancas en dos de las tres partidas que faltan.Hoy se disputa la 8ª. "Si no lo hace él, yo no tengo por qué forzar, dada la situación", resumió Shírov tras defender con exactitud una posición ligeramente inferior durante tres...

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Los simpatizantes de Vladímir Krámnik tienen motivos para sentirse defraudados. El ruso no arriesga casi nada e intenta ganar técnicamente a Alexéi Shírov, que aguanta sin muchos apuros. El empate de ayer, en la 7ª de las diez partidas previstas, deja al español en una situación muy favorable para retar a Gari Kaspárov: domina por 4-3 y tendrá la ventaja de las piezas blancas en dos de las tres partidas que faltan.Hoy se disputa la 8ª. "Si no lo hace él, yo no tengo por qué forzar, dada la situación", resumió Shírov tras defender con exactitud una posición ligeramente inferior durante tres horas y media. Esa actitud despeja una de las incógnitas sobre el rendimiento del español: no eran pocos los que pensaban que sólo sabe buscar la victoria; es decir, que no puede plantear una partida con el objetivo de empatar. Quizá Krámnik, de 22 años, haya encontrado en esa teoría una excusa para mantenerse fiel a su estilo plomizo, impropio de uno de los mayores talentos que ha dado el ajedrez en este siglo.

Ayer podía haber iniciado el juego con el peón de rey, que suele producir luchas abiertas y propicias a las complicaciones. Pero, conocedor del gran poder creativo de Shírov en esas posiciones, debió de pensar que eso equivalía a llevar la lucha al terreno preferido de su rival. Todo indica que su planteamiento psicológico es un error. Krámnik no quiso continuar ayer el duelo teórico sobre la defensa Grünfeld -que se vió en las partidas 1, 3 y 5- y optó por seguir su partida contra el bielorruso Borís Gélfand del torneo de Dos Hermanas de 1996. Su decisión no incomodó al español, que esbozó varias sonrisas antes de su duodécima jugada. Shírov mejoró el juego de las negras en ese momento y logró una posición muy sólida. Krámnik intentó sin éxito liarle con algunos fuegos de artificio.

Blancas: Krámnik. Negras: Shírov. 1 d4 Cf6 2 c4 g6 3 g3 c6 4 Cf3 Ag7 5 Cc3 d5 6 Db3 0-0 7 Ag2 Db6 8 0-0 Af5 9 Ce5 e6 10 Af4 Cbd7 11 Db6 ab6 12 f3 Ce5 13 Ae5 g5 14 e4 Ag6 15 b3 Tfd8 16 Tfd1 de4 17 fe4 Cg4 18 Ag7 Rg7 19 Af3 h5 20 Td2 Ce5 21 Ag2 c5 22 d5 Cc6 23 Tad1 Cd4 24 e5 ed5 25 cd5 Te8 26 Te1 Cc2 27 Tee2 Cd4 28 Te1 Cc2 29 Tc2 Ac2 30 d6 Af5 31 Ab7 Tad8 32 Ac6 Te6 33 Ad5 Tdd6 34 Ae6, tablas.

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