EL FUTURO DEL PSOE Almunia-Borrell: en tándem al poder

La celebración de las elecciones primarias en el PSOE ha constituido un gran revulsivo para el Partido Socialista y para sus electores. Tanto para los ciudadanos en general como para los militantes y simpatizantes, las elecciones primarias han sido un rotundo éxito. Nuestra obligación ahora es la de saber administrar ese inmenso caudal de esperanza que estas elecciones primarias han vuelto a depositar en el PSOE. Es verdad que la celebración de las primarias, que van a suponer un paso adelante importantísimo de la democracia española, tenía aspectos muy positivos pero también algunos riesgos ...

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La celebración de las elecciones primarias en el PSOE ha constituido un gran revulsivo para el Partido Socialista y para sus electores. Tanto para los ciudadanos en general como para los militantes y simpatizantes, las elecciones primarias han sido un rotundo éxito. Nuestra obligación ahora es la de saber administrar ese inmenso caudal de esperanza que estas elecciones primarias han vuelto a depositar en el PSOE. Es verdad que la celebración de las primarias, que van a suponer un paso adelante importantísimo de la democracia española, tenía aspectos muy positivos pero también algunos riesgos e incertidumbres. También podría tener consecuencias. Después del resultado, esas consecuencias son las que, entre todos, tenemos que resolver. Sería una tremenda irresponsabilidad dilapidar con conflictos internos, que sólo los quieren pequeñas minorías, todo el capital político que hemos acumulado el último mes. Todos sabemos que los que han votado a Almunia no lo han hecho contra Borrell. También sabemos que los que han votado a Borrell no han ido contra el secretario general. Por eso, resulta de un oportunismo deleznable y contrario a los intereses generales del partido y de las clases sociales a las que representamos, forzar la celebración de un congreso extraordinario. Los militantes de base y las agrupaciones que han votado a Almunia no quieren que deje de ser secretario general. La inmensa mayoría de los que han votado a Borrell tampoco. La obligación no sólo política sino también ética, tanto de Joaquín Almunia como de José Borrell, así como de todos los dirigentes y militantes del PSOE, es convertir en fuerza electoral todo el aliento que el partido ha recibido de los amplios sectores progresistas de la sociedad española. El objetivo no puede ser otro que llevar a la izquierda al poder, desalojar a la derecha reaccionaria e impedir, cuanto antes, que ésta desmantele o recorte el estado de bienestar y las mejoras que durante todos estos años hemos acumulado con el esfuerzo de los ciudadanos y el gobierno del Partido Socialista. Las elecciones se ganan con un buen cartel; con un programa atractivo y también, de una manera fundamental, con un partido fuerte, unido y estable detrás. Por eso hay que cohonestar la legitimidad, que se mantiene íntegra, de las direcciones del partido surgidas del reciente proceso congresual. Aunque Joaquín Almunia no ha ganado las primarias tiene, si cabe, más autoridad moral ante el partido y ante la sociedad que cuando las convocó. Pepe Borrell ha ganado en buena lid, con una gran campaña, las elecciones primarias. Los dos han salido reforzado de este proceso y el Partido Socialista también. Con los dos, y con el PSOE, vamos a llegar más temprano que tarde a la Moncloa, para seguir transformando España y haciéndola una sociedad moderna y justa desde el punto de vista social y territorial. Los socialistas andaluces nos vamos a empeñar a fondo en que Joaquín siga siendo nuestro secretario general y Pepe sea presidente del Gobierno de España. Que así sea.JOSÉ CABALLOS MOJEDA

José Caballos Mojeda, portavoz del Grupo Socialista en el Parlamento de Andalucía.

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