SEGUNDA DIVISIÓN

El Alavés se escapa y el Extremadura pincha

El Alavés ya no sólo gana. Ha dejado atrás esa estresante costumbre de superar por la mínima incluso al rival más incapacitado. Ahora golea. Es el resultado de una nueva forma de entender la Liga. El equipo de Mané ya se ve en Primera División, aunque lo niegue en público. El pinchazo del Extremadura, que perdió 0-1 con el Toledo en Almendralejo, le pone la alfombra roja para ascender a la Primera División. Con seis puntos de diferencia sobre el tercero, el Las Palmas, que ganó 0-4 en Jaén, el equipo vitoriano está poniendo el colchón de seguridad necesario para afrontar la última recta del ca...

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El Alavés ya no sólo gana. Ha dejado atrás esa estresante costumbre de superar por la mínima incluso al rival más incapacitado. Ahora golea. Es el resultado de una nueva forma de entender la Liga. El equipo de Mané ya se ve en Primera División, aunque lo niegue en público. El pinchazo del Extremadura, que perdió 0-1 con el Toledo en Almendralejo, le pone la alfombra roja para ascender a la Primera División. Con seis puntos de diferencia sobre el tercero, el Las Palmas, que ganó 0-4 en Jaén, el equipo vitoriano está poniendo el colchón de seguridad necesario para afrontar la última recta del campeonato.El discurso de la humildad no sirve a estas alturas, con sólo seis jornadas por delante y todo un abismo entre su posición y los puestos de promoción, por no hablar del quinto clasificado. El Alavés se sobra y pocos dudan de que es año sí volverá a una categoría de la que estuvo ausente durante 41 años. El panorama parece tan despejado que nadie duda del ascenso del equipo de Mané, que ha cumplido una temporada espléndida. Con el Numancia sufrió sólo hasta el primer gol. Porque ayer era impensable un tanto visitante.

El conjunto soriano pertenece a esa categoría de clubes tan extendidos en Segunda, especialistas en la melé y la superpoblación defensiva, pero con el inconveniente de carecer de efectivos y genio para improvisar soluciones en ataque. Sus posibilidades en Mendizorroza pasaban por defender a toda costa el emparte a cero. Para otra cosa no estaba preparado.

Así pues, la duda se reducía a ver cuándo marcaría el Alavés que tardó un poco en encontrar la onda al partido. Lo hizo al borde del descanso, con un gol del rehabilitado Serrano y en una jugada iniciada en un rechace. Muy típico del Alavés. Lo venia intentando con insistencia desde la banda izquierda y desde lejos. Pero el partido se despejó en una jugada distinta. Sea como sea, el equipo vitoriano obtuvo su primer gol. Y ya no lo soltó. Una vez más, se limitó a controlar y el Numancia, a no arriesgar. Que el partido acabara 3-0 fue fruto de la inercia triunfalista del Alavés y de la claudicación de su oponente.

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