IU y EA se unen al 'tercer espacio' en una manifestación en favor de los presos etarras

El denominado tercer espacio, movimiento que pretende romper la polarización en la política vasca, concentró ayer en las calles de Bilbao a unas 10.000 personas para exigir el acercamiento de los presos de ETA a Euskadi. Eusko Alkartasuna (EA) e Izquierda Unida (IU) asistieron de la mano de HB, el brazo político de la banda terrorista, pero el PNV se mantuvo al margen y el lehendakari, José Antonio Ardanza, pidió a convocantes y asistentes la misma sensibilidad con quienes "tienen que ir a los cementerios a poner flores".

Dirigentes de IU, EA, HB y Elkarri; líderes de los sindicatos ELA...

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El denominado tercer espacio, movimiento que pretende romper la polarización en la política vasca, concentró ayer en las calles de Bilbao a unas 10.000 personas para exigir el acercamiento de los presos de ETA a Euskadi. Eusko Alkartasuna (EA) e Izquierda Unida (IU) asistieron de la mano de HB, el brazo político de la banda terrorista, pero el PNV se mantuvo al margen y el lehendakari, José Antonio Ardanza, pidió a convocantes y asistentes la misma sensibilidad con quienes "tienen que ir a los cementerios a poner flores".

Dirigentes de IU, EA, HB y Elkarri; líderes de los sindicatos ELA y LAB, y familiares de presos portaron una pancarta a la cabeza de la manifestación con la leyenda "Todos los presos vascos, a Euskal Herria ahora". A pesar de la multitudinaria asistencia, la marcha no fue de las más concurridas en Bilbao en favor de los presos. Todos los políticos asistentes pidieron que se cumpla la legislación penitenciaria y que el Gobierno, y más concretamente el ministro Jaime Mayor Oreja, abandonen su estrategia "inmovilista" y se abran nuevos "escenarios de distensión". Al final de la marcha, familiares de presos leyeron un texto acusando a los gobiernos francés y español de endurecer con su política la dispersión de los presos etarras. En esta ocasión, ningún dirigente del PNV participó en la manifestación, ni siquiera a título personal. El lehendakari, José Antonio Ardanza, mostró incluso su desagrado al subrayar que "con estos planteamientos yo siempre he tenido una cosa clara: estoy de acuerdo con el acercamiento de los presos, pero me gustaría que los que son tan sensibles a la hora de exigir unos determinados derechos, también tuvieran la misma sensibilidad con todas esas personas que tienen que ir a poner flores sobre las tumbas".

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