Bebe celular

Nace en Alicante la primera niña española engendrada con células de un varón que no produce espermatozoides

Fue noticia nada más ser concebida, en mayo, y tras el feliz alumbramiento ha pasado a formar parte de la historia de la medicina moderna española. Se llama Nuria, y pesó 2.710 gramos al nacer, vía cesárea, exactamente a las 0.05 de ayer, tras 37 semanas de gestación. Es el primer bebé nacido en España sin que en el proceso medie espermatozoide alguno, gracias a una novedosa y revolucionaria técnica de fertilización descubierta en Francia en 1996 por el biólogo checo Jean Tesarik llamada microinyección intraovocitaria de espermátida. En las investigaciones colaboraron la española Carmen Me...

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Fue noticia nada más ser concebida, en mayo, y tras el feliz alumbramiento ha pasado a formar parte de la historia de la medicina moderna española. Se llama Nuria, y pesó 2.710 gramos al nacer, vía cesárea, exactamente a las 0.05 de ayer, tras 37 semanas de gestación. Es el primer bebé nacido en España sin que en el proceso medie espermatozoide alguno, gracias a una novedosa y revolucionaria técnica de fertilización descubierta en Francia en 1996 por el biólogo checo Jean Tesarik llamada microinyección intraovocitaria de espermátida. En las investigaciones colaboraron la española Carmen Mendoza y el portugués Mario Souza, y ha sido experimentada con éxito en el Instituto Bernabéu de fertilidad y ginecología de Alicante.

Los responsables del centro médico, con su director, Rafael Bernabéu, a la cabeza, presentaron a la criatura en sociedad pocas horas después del nacimiento "Tenemos la agradable obligación", arrancó rebosante el doctor Bernabéu, "de anunciar que a primera hora de la madrugada culminó de forma feliz el primer embarazo con seguido en España a partir de la célula precursora del espermatozoide llamada espermátida".

Traducción: que la inexistencia de espermatozoides maduros ha dejado de ser un obstáculo para la paternidad genética. El varón que no los produzca (un 5% de los españoles) puede acogerse a la nueva técnica antes de optar por una donación de semen.

No obstante el éxito alcanzado, los especialistas intentan evitar que la noticia se transmita con "demasiada alegría", sin precisar un matiz importante: únicamente es posible aplicar la técnica cuando el organismo del hombre genera espermátida, la célula que se encarga de producir espermatozoides. Hay varones que tampoco producen esta célula, en cuyo caso la infertilidad es irremediable.

La espermátida es capaz de fecundar porque dispone de lo más importante: 23 cromosomas. Microinyectada la célula en el ovocito y confirmado el embarazo, la naturaleza se encarga del resto. La tasa de fertilización es del 40%, con un riesgo del 15% de alcanzar embarazo múltiple, aunque no más allá de mellizos.

La pequeña Nuria es fruto de este nuevo método. Sus padres acudieron al Instituto Bernabéu, por recomendación del urólogo, para interesarse por una donación de semen. Unas pruebas médicas detectaron en el hombre la existencia de la célula, y recibieron la propuesta de ser los primeros españoles en someterse a la técnica. Sopesados los pros (conseguir un hijo propio) y los contras (limitada investigación, incertidumbre en el desarrollo del embarazo y medio millón de pesetas), se pusieron en manos de los investigadores, que en el mes de mayo comunicaron el embarazo.

La pareja (24 años ella y 26 él) prefiere mantenerse en el anonimato, aunque ayer no hubo reparo alguno en que las cámaras recogieran imágenes de su pequeña. Saben que su caso puede ayudar aotras parejas, pero temen ser objeto de miradas y absurdos comentarios de sus vecinos y exigen respeto a su intimidad. El equipo médico que atendió el parto habló por ellos: "Naturalmente, están muy contentos, porque cuando ya habían perdido toda esperanza pueden abrazar a su propia hija, pero viven en un pueblo agrícola, y la gente, en este entorno, aveces es muy cerrada explicó la bióloga Nieves Cremades, que fue quien consiguió el embarazo después de dos años de investigación en Francia para aprender la técnica.

El embarazo se desarrolló con normalidad hasta los últimos diez días, cuando la mujer registró una ligera hipertensión que aconsejó el reposo. El domingo la tensión se elevó de forma espectacular, y además el bebé se situó en posición de nalgas. Faltaban tres semanas para cumplir las 40 reglamentarias de embarazo, pero los médicos optaron por practicar la cesárea, que se desarrolló sin complicaciones.

Nuria pasó sus primeras horas de vida en la incubadora para observar su desarrollo, pero al mediodía ya estaba en la habitación de la clínica Perpetuo Socorro y tomó su primera leche materna.

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