El vestuario pide paciencia

El Madrid ganó al Salamanca pero Chamartín despidió a sus jugadores con airadas protestas. Fue una victoria que supo a derrota. Cuando el reloj marcaba el minuto 30 de la segunda parte y el Madrid perdía un balón al borde del área el público se hartó de esperar y comenzó a dejarse oír. Heynckes saltó del banquillo como un resorte y comenzó a gritar a sus jugadores, algo que va en contra de sus hábitos. Los futbolistas aguantaron el chaparrón, salvo Clarence Seedorf que en algún momento se dirigió a la afición para pedir paciencia. Cuando concluyó el encuentro, las protestas se hicieron más evi...

El Madrid ganó al Salamanca pero Chamartín despidió a sus jugadores con airadas protestas. Fue una victoria que supo a derrota. Cuando el reloj marcaba el minuto 30 de la segunda parte y el Madrid perdía un balón al borde del área el público se hartó de esperar y comenzó a dejarse oír. Heynckes saltó del banquillo como un resorte y comenzó a gritar a sus jugadores, algo que va en contra de sus hábitos. Los futbolistas aguantaron el chaparrón, salvo Clarence Seedorf que en algún momento se dirigió a la afición para pedir paciencia. Cuando concluyó el encuentro, las protestas se hicieron más evidentes pero el oportuno himno del club acalló la pitada. "Tenemos la solución, ahora necesitamos tiempo", pidió Seedorf.Irremediablemente el cruce de declaraciones entre Seedorf y Panucci todavía pesa en el vestuario. El italiano se desquitó ayer con un gol, fruto más de la rabia contenida que de otra cosa. Panucci está dolido. Cree que sus palabras, en las que pedía más sacrificio de la plantilla, fueron sacadas de contexto. Tan mal se sintió después de comprobar el revuelo que levantó que esa noche ni tan siquiera durmió. Luego, una conversación con Heynckes y otra con Sanz le permitieron recobrar la tranquilidad. Panucci, a juicio del entrenador y del presidente, había dado en el clavo. Ayer marcó y se fue. Optó por la ley del silencio y no quiso hablar del partido, ni de la polémica.

Seedorf, si habló, sólo lo hizo en la sala de prensa. En el campo su juego no presentó ninguna mejoría a pesar de que ayer actuó como medió centro, la posición que viene reclamando desde hace tiempo. El holandés lanzó un mensaje de tranquilidad mezclado con una auto inculpación por lo sucedido. "Entendemos al público cuando protesta, pero les pedimos paciencia. Nosotros sabemos lo que tenemos que hacer. Estos dos últimos días hemos hablado mucho entre nosotros y creo que encontramos el camino. De momento hoy hemos logrado nuestro propósito que era llevarnos los tres puntos. El domingo en Anoeta ganaremos. Somos líderes y hay que esperar a ver lo que hace el Barcelona".

El jugador holandés no quiere que las reflexiones del vestuario se hagan públicas. Tan sólo aporta algunos datos. "Tenemos que jugar con sentido, tácticamente, no corriendo por correr". Seedorf reconoce que el equipo vive demasiado presionado por los acontencimientos. Hasta los nuevos se ha dado cuenta. Christiane Karembeu debutó como madridista en el Bernabéu y Savio jugó también por primera vez en su estadio.

Karembeu se mostró emocionado por el recibimiento del público. Para él fue una tarde feliz, aunque no del todo. "El equipo tiene problemas, pero no me preocupa. Los dos nuevos ayudaremos a salir adelante. Necesitamos trabajar unidos". Savio aporta más datos. "Tenemos que coger el balón con más agresividad e irnos hacia delante. Hay que hacer daño en la portería contraria".

En medio de tanto revuelo en el vestuario, la nueva sustitución de Suker pasó inadvertida. "Lo único que me preocupa es el colectivo. No hemos jugado como hubiéramos querido, pero hemos ganado. Lo mío ahora no es importante", dijo.