BALONCESTO

Paseo del Madrid

El Covirán no fue rival para los blancos

El Madrid lo tuvo fácil. Ante as crisis deberían recetarle equipos como el Covirán Granada de ayer. El efecto es rápido, no tiene contraindicaciones y es de fácil ingestión. El rival fue casi un medicamento infantil para un Madrid que jugó con una comodidad inusitada y una falta de tensión inevitable ante un adversario alicaído, que no fue capaz de reaccionar y que nunca tuvo opciones de victoria.El Madrid necesitaba un partido fácil y el Covirán se lo puso en bandeja. La entereza duró poco en la primera parte. Un inicial estirón de los locales parecía presagiar algo de combate y resistenc...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El Madrid lo tuvo fácil. Ante as crisis deberían recetarle equipos como el Covirán Granada de ayer. El efecto es rápido, no tiene contraindicaciones y es de fácil ingestión. El rival fue casi un medicamento infantil para un Madrid que jugó con una comodidad inusitada y una falta de tensión inevitable ante un adversario alicaído, que no fue capaz de reaccionar y que nunca tuvo opciones de victoria.El Madrid necesitaba un partido fácil y el Covirán se lo puso en bandeja. La entereza duró poco en la primera parte. Un inicial estirón de los locales parecía presagiar algo de combate y resistencia pero fue un espejismo. El Madrid no se inmutó en su inicial y breve desconcierto y se limitó a imponer las coordenadas de su rutina de juego y esto le bastó y le fue suficiente. Superioridad clara en el rebote, manifiesta rapidez en la transición y acierto máximo en cualquier opción de tiro fueron sus claves. Con esta velocidad de crucero, el equipo de Miguel Ángel Martín fue cogiendo renta, sin fruncir el ceño ni tener que llegar al umbral de su máximo rendimiento ante un rival endeble, con una defensa blanda como, el adobe que quedaba hecha añicos tanto en el tiro exterior como en la lucha bajo el aro.

COVIRÁN 66

REAL MADRID 84Covirán: Montes (9), Mayes (14), Bryson (21), Sala (5), Williams (3); Junyent (9), Fabón (5) y Jofresa (0). Real Madrid: Bodiroga (1 g), g Santos (4), Mikhailov (16), Orenga (2); Rogers (8), Antúnez (8), Herreros (2), Smith (7) y Bueno (0). Árbitros: Ramos, Sanchís y Ga erón. Unos 7.000 espectadores en el Palacio de los Deportes de Granada.

El técnico del Real Madrid fue rotando a sus hombres y prácticamente todos pisaron parqué en esta primera parte. Las cifras cantaban; ocho re botes más y unos porcentajes de acierto envidiables explicaban en la estadística el porqué de la clara ventaja en el marcador de 17 puntos al descanso. En el Covirán, Mayes, quizá porque el club deberá decidir en las próximas horas su continuidad en el equipo, fue el único que estuvo a tono y con sus robos de balón y un acierto mediocre fue el único que parecía entonado. Basta un solo ejemplo de infortunio, su compañero Williams sólo consiguió tres puntos al final del encuentro con unos porcentajes paupérrimos.

El armisticio del descanso no supuso ningún problema para el Madrid. El rival volvió a salir a la cancha desconcertado, con muchos complejos y con escasas esperanzas de poder darle algo de emoción al encuentro. El Madrid bajó el ritmo, su intensidad de juego, pero eso no supuso que menguara su diferencia en el marcador. Siempre estuvo aupado a una renta que en pocas ocasiones bajó de los 20 puntos. Debutó Tomás Jofresa, que viene de Unicaja, pero poco aportó. A él recurrió Pedro Martínez, técnico local, buscando en la etiqueta de juego racial que se le ha asignado, pero el factor Jofresa fue un fiasco. Ni tan siquiera consiguió hacer una canasta. Lo mejor que podía ocurrir era que el partido terminara y el trámite no dejara cicatrices. El Madrid necesitaba una victoria, pero fue tan fácil, tan cómoda, que casi fue pírrica.

Otros partidos

También ayer el Joventut ganó en Girona al Valvi, 83-91, el León Caja España en Manresa al TDK, 70-72, y sólo el Caja Cantabria se impuso en casa al Caja San Fernando, 97-84.

Archivado En