HILLARY CLINTON, EXPULSADA DE UN CLUB

"¿Es ésta la forma de tratar a una (primera) dama?". El University Club de Nueva York -exclusivo y tremendamente reservado- ya rompió su tradición cuando hace diez años permitió la entrada de mujeres en sus reuniones. Pero todo tiene un límite. Hillary Rodham Clinton y una amiga periodista del New York Post fueron invitadas a una conferencia en el club (150.000 pesetas el cubierto). Ya empezaron mal: un miembro de la seguridad -vestido más bien como un mayordomo- tuvo que llamarles la atención por hacer algo con tan poca clase como usar un teléfono móvil. La cosa empeoró cuando l...

"¿Es ésta la forma de tratar a una (primera) dama?". El University Club de Nueva York -exclusivo y tremendamente reservado- ya rompió su tradición cuando hace diez años permitió la entrada de mujeres en sus reuniones. Pero todo tiene un límite. Hillary Rodham Clinton y una amiga periodista del New York Post fueron invitadas a una conferencia en el club (150.000 pesetas el cubierto). Ya empezaron mal: un miembro de la seguridad -vestido más bien como un mayordomo- tuvo que llamarles la atención por hacer algo con tan poca clase como usar un teléfono móvil. La cosa empeoró cuando las dos amigas decidieron abrir y probar un perfume que acababan de comprar. El sonido del papel de celofán que en volvía la caja hizo que inmediatamente un miembro de la organización -inexorable, pero sin perder la compostura- atravesara la sala para decir a las dos amigas: "Esto no lo toleramos; hagan el favor de marcharse". La amiga de Hillary, atónita, intentó salvar la situación: "Oiga usted: esta mujer es la señora Clinton". La respuesta que obtuvo fue contundente: "Me da igual quien sea: márchense". Y fueron amablemente "acompañadas" a la salida.-