FÚTBOL: LIGA DE CAMPEONES

El PSV y el Barça empatan en Eindhoven

Puestos a no tener recompensa, el choque del desconsuelo acabó con un empate, el mejor de los resultados para sancionar a dos equipos incapaces de ganarse la clasificación en seis partidos. Las disputas entre perdedores nunca deberían tener un vencedor y la de ayer tampoco, puesto que ninguno mereció salir derrotado. La generosidad de los futbolistas alivió la nostalgia y también la desazón que provocan actos como el de anoche en Eindhoven.Había dos maneras de despachar un partido que nacía muerto por la falta de tensión competitiva. O por la vía funcionarial, recogiéndose todos en silencio, c...

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Puestos a no tener recompensa, el choque del desconsuelo acabó con un empate, el mejor de los resultados para sancionar a dos equipos incapaces de ganarse la clasificación en seis partidos. Las disputas entre perdedores nunca deberían tener un vencedor y la de ayer tampoco, puesto que ninguno mereció salir derrotado. La generosidad de los futbolistas alivió la nostalgia y también la desazón que provocan actos como el de anoche en Eindhoven.Había dos maneras de despachar un partido que nacía muerto por la falta de tensión competitiva. O por la vía funcionarial, recogiéndose todos en silencio, consolándose unos a otros por el fracaso en el mejor de los torneos, o por un camino más festivo, olvidando las penas, levantando el ánimo, exigiéndose al menos un ejercicio de dignidad profesional, un rato de autoestima, una puesta en escena que ayudara a restituir el honor perdido. Fue una suerte que optaran por el divertimiento.

El Barça comenzó y acabó mandando hasta el descanso, y en el entretiempo el PSV fue amo y señor de la refriega. Zenden, un zurdo de muy buen ver, abrió en canal al grupo azulgrana por el costado derecho. Una y otra vez repicó el PSV ante el marco de Hesp. Tuvo remates de todos los colores y, sin embargo, no acertó con el gol.

Mejor le fue al Barcelona. Pese a sus problemas de brazos y falta de asentamiento, pues los futbolistas erraron en los tacos y se desplomaron con reiteración, se abrió con fortuna por el flanco izquierdo de Rivaldo y tuvo salida con la pierna derecha de Celades. A igualdad de ocasiones, los azulgrana atraparon el gol en el rechace de una falta.

El tanto desubicó al PSV y engrandeció al Barça, que ofreció un cuarto de hora de gran fútbol, para después volverse inestable, irregular e irreconocible. El PSV provoco una sangría en la zaga azulgrana en menos de cinco minutos. Marcó dos goles y dibujó otros dos ante el gemido barcelonista. Perdió el sitio el colectivo.

Fue toda una bendición para los barcelonistas empatar en la primera salida en campo ajeno. Roger volvió a ofrecerse por la izquierda y Giovanni cazó la bola en el punto fatídico.

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