GENTE

'ADIÓS CON EL CORAZÓN' PARA SUÁREZ

Con su proverbial sentido de la austeridad, esquivando copas y canapés, permaneció estoicamente Adolfo Suárez, por espacio de dos horas, en el cóctel que siguió al acto de apertura del Instituto General Gutiérrez Mellado, para la Paz, la Seguridad y la Defensa, en el que pronunció la conferencia inaugural. A la vez erguido y afable, hierático y campechano, con su habitual sonrisa de media luna, el duque no paró un instante de estrechar con sus manos -ahora liberadas de los sempiternos cigarrillos negros- todas cuantas se les acercaban. " Mamá, preséntamelo, anda", decían veinteañeras a ...

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Con su proverbial sentido de la austeridad, esquivando copas y canapés, permaneció estoicamente Adolfo Suárez, por espacio de dos horas, en el cóctel que siguió al acto de apertura del Instituto General Gutiérrez Mellado, para la Paz, la Seguridad y la Defensa, en el que pronunció la conferencia inaugural. A la vez erguido y afable, hierático y campechano, con su habitual sonrisa de media luna, el duque no paró un instante de estrechar con sus manos -ahora liberadas de los sempiternos cigarrillos negros- todas cuantas se les acercaban. " Mamá, preséntamelo, anda", decían veinteañeras a sus madres cuarentonas, que exclamaban: "Pero si está igual", refiriéndose a la época en que ellas mismas tenían la edad de sus hijas. Durante su conferencia, en la que trazó una semblanza del general y elogió su papel clave en la modernización de las Fuerzas Armadas, intercambió sonrisas de Complicidad con el rey Juan Carlos. El "sentaos y cubríos" pronunciado por el Monarca dejaba ya muy atrás aquel abrupto protocolo del "se sienten, coño", tan memorablemente aplacado, a comienzos de la década pasada, por Gutiérrez Mellado. Suárez fue despedido con una ovación por los asistentes al cóctel, entre los sonidos del Adiós con el corazón que le brindó el coro de la Universidad Nacional de Educación a Distancia.-

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