"Si gana el PP habrá ausencia de ideas y voracidad de poder"

A Xosé Manuel Beiras, candidato del Bloque Nacionalista Galego (BNG) a la presidencia de la Xunta, le hubiera gustado ser músico o, más tarde, arquitecto. Estudió Derecho y Economía en Santiago, Madrid, París y Londres. Fue traductor de Albert Camus, y su libro O atraso económico de Galicia, es desde hace décadas un clásico con honores comerciales de bestseller. En 1977 se estrelló, electoralmente, frente al PSOE, con el Partido Socialista Galego, integrado en la Federación de Partidos Socialistas. La experiencia, personalmente traumática, le apartó cinco años de la política. Cat...

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A Xosé Manuel Beiras, candidato del Bloque Nacionalista Galego (BNG) a la presidencia de la Xunta, le hubiera gustado ser músico o, más tarde, arquitecto. Estudió Derecho y Economía en Santiago, Madrid, París y Londres. Fue traductor de Albert Camus, y su libro O atraso económico de Galicia, es desde hace décadas un clásico con honores comerciales de bestseller. En 1977 se estrelló, electoralmente, frente al PSOE, con el Partido Socialista Galego, integrado en la Federación de Partidos Socialistas. La experiencia, personalmente traumática, le apartó cinco años de la política. Catedrático de Estructura Económica, asegura que el cambio político en Galicia ya se está consumando y, a sus 61 años, está dispuesto a asumir el Gobierno.Pregunta. ¿Está satisfecho de cómo se está desarrollando la campaña?

Respuesta. No puedo estarlo, es una campaña absolutamente trucada. Hay que hacer esfuerzos inauditos para mantener una línea. La dinámica que se introduce en ella es demencial, no tiene nada que ver con lo que debería ser un proceso previo a una llamada de los ciudadanos a las urnas. Hay que mantener el rumbo de los propios criterios y, para eso, has de hacer ciertas concesiones, contestar algunas cosas sin dejarte llevar por ellas.

P.¿Ve con optimismo la situación del BNG?

R. No. Esta coyuntura es consecuencia de una tenaz actitud optimista, del optimismo de la voluntad de Gramsci. Algo de eso hay en la historia del Bloque: pesimismo de la razón y optimismo de la voluntad. Y otros análisis de situación terroríficos, catastrofistas. Por ejemplo, qué pinta un ministro de Franco en el régimen democrático. Uno se pregunta por qué ocurre esto y decide apostar para que no sea así. La situación actual, aunque obedece a muchos factores, tiene la gratificación de que no apostamos en balde.

P. ¿Estas elecciones marcarán un punto de inflexión para el BNG?

R. Pasar a ser Gobierno o a compartirlo es una situación sin precedentes. Pero el punto de inflexión lo han ido dando las elecciones anteriores: en el 89, cuando pasamos a ser grupo parlamentario; cualitativamente, en una cámara legislativa, hay una enorme diferencia entre estar en el Grupo Mixto y tener grupo propio. En la Xosé Manuel Beiras segunda legislatura se abrió nuestro abanico social, pasamos a 270.000 electores, y también eso fue muy importante para un frente que tiene un proyecto pluriclasista, de alianza de clases. En estas elecciones hemos captado la atención del empresariado autóctono, por llamarlo así, con el que hemos llegado a concordancias que hace dos años habrían levantado sarpullidos.

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P. Pero, de nuevo, el mayor éxito electoral será de Fraga. ¿Le deprimen esos pronósticos?

R. Si fuese así, habría abandonado la política en 1985. A mí no me puede deprimir Fraga. Soy de una generación que le aguantó en el franquismo, o sea, que para no deprimirme tendría que haberme suicidado. Y ese éxito que le dan las encuestas está aún por ver.

P. Con todo, probablemente Fraga siga gobernando...

R. Sería terrible, espantoso. Una legislatura de desgobierno absoluto. Nadie oyó a Fraga en esta campaña plantear una sola idea, alguna directriz de Gobierno. Su Gobierno será escenario de la guerra de sucesión. Y se intensificará la ocupación de la sociedad por el poder, es lo único que le interesa al PP. Ausencia de ideas y voracidad de poder, eso sería otro Gobierno de Fraga. Es gravísimo y causa mucha amargura.

P. Pero el BNG sostiene que el cambio de rumbo ha empezado a producirse ya...

R. Hace dos años nos lo planteamos como verosímil. Teníamos dos opciones: quedar en la barrera, a ver si las cosas se consumaban, o hacer lo posible para que sucediera lo que era verosímil. Así decidimos prepararnos para el Gobierno, hacer un programa y mentalizar a la propia organización del BNG, porque buena parte de la militancia no podía creérselo. Hubo que apostar y recomponer muchas cosas, pero ya tenemos la postura hecha. En este momento, eso nos da mucho sosiego, y yo estoy muy contento porque, sean cuales sean los resultados numéricos del día 19 y sus consecuencias, el cambio en la política gallega se consuma.

P. ¿Capitalizado por el Bloque?

R. En gran parte, con la partida planteada en un doble tablero juego derecha-izquierda y, otro, para la dialéctica Galicia-Estado. Son los dos ejes de coordenadas que hay que combinar, y están combinados en nuestro programa de Gobierno. Con ello, misión cumplida. Pero no podemos estar satisfechos si se piensa en el país.

P. ¿Cuentan con el PSOE para darle soluciones?

R. Esa es nuestra determinación, hace un año que la hicimos pública y el BNG nunca formuló una postura que luego no estuviera en condiciones de mantener. Nos dijeron que no querían saber nada, y los hechos no le dan la razón al PSOE. Su lógica de actuación me parece disparatada. A la dirección ahora sólo le preocupa si hay sorpasso.

P. ¿Cree que la coalición que lidera el PSOE es exportable?

R. No digo que no funcione en otra parte, pero aquí ha fracasado ya. No han aumentado las expectativas de voto. Es la manía de pensar con mentalidad de un espacio que se llama Estado español, hacer la política con esa óptica en todas partes o en cualquiera de los subconjuntos. Si el centro de gravedad de la política socialista es Cataluña, ensayarlo en Galicia me parece disparatado. Además está el problema de IU en el Estado. Podría salirles bien, porque a veces un cuadro surrealista es una maravilla.

P. ¿Qué política de oposición hace el Bloque en el Estado?

R. La tenemos clara desde que Fraga está en Galicia. Antes nos decían que no se entendía que Fraga pudiera tener aquí las mayorías que ha tenido. ¿Y ahora, en Madrid? Nosotros decíamos que Galicia era el botón de muestra de lo que el PP podría hacer en todo el Estado y, con las reformulaciones propias de una política de Estado, está resultando tal cual decíamos. En política de medios de, comunicación, por ejemplo.

P. ¿Qué paralelismos ve usted?

R. Está claro. Qué hacen directos competidores del Grupo PRISA, ahora y antes, sino encrespar el océano para que Aznar pueda hacer surf .Montan una operación de acoso y derribo no sólo del partido en el poder, sino del régimen político. Aznar no tuvo que preocuparse, se lo dieron hecho. Y el PP llegó al poder sin creérselo, sin programa, sin nada. No usó el debate político. Y aquí en Galicia, ¿qué credibilidad democrática puede tener un Gobierno con Pérez Varela, el pequeño Goebels, como responsable de la política de medios de comunicación? Sólo. entienden el amordazamiento.

P. El Bloque Nacionalista Galego no ha tenido buena prensa. ¿Cree que esto cambiará?

R. El BNG tuvo que superar lo que podía ser un trauma por el desafecto y hostilidad de los medios. En estos momentos, nuestras relaciones con los más importantes de Galicia son excelentes. Y sabenque si el Bloque gobierna, la sítuación no va a ser la de pasar factura. Uno de los sectores que más se alegrará, si cae Fraga, son los periodistas de este país.

P. ¿No es un motivo de inquietud la atomización interna del BNG?

R. No hay tal atomización. El BNG es un frente, o sea, un aglutinante. En su formulación se plantea formar una alianza, hasta el límite que permita hacer masa crítica para cambiar y centrar la dinámica política de Galicia desde dentro y con una óptica de izquierdas. Para ello es necesario un frente muy plural, con una estructura plural que no cabe confundir con atomización. La afiliación es individual, al BNG, y sus órganos son elegidos por los militantes directamente, no por cooptación de las fuerzas políticas que hay dentro. Por eso, aunque haya un partido que tenga mayoría, más peso que los demás, nunca podrá controlar la organización. Y el Bloque hace la política de acuerdo a sus propios principios.

P. ¿No teme que eso pueda cambiar en el futuro, por ejemplo, si accede al Gobierno?

R. Ya veremos qué ocurre en un futuro y cuándo es ese futuro. Tenemos un programa estricto y no vamos a dejar que se frustre el proyecto de país, que es lo que más nos importa.

P. ¿Es usted el principal elemento de cohesión del BNG?

R. Yo soy un factor de cohesión, pero no el elemento de cohesión. El elemento de cohesión es el proyecto político y la presión que, hacen sobre él los problemas del país. Galicia tiene unos problemas que dan cohesión al proyecto del Bloque Nacionalista Galego.

P. ¿Y cuál es su posición en él?

R. En este momento se me considera indispensable, ésa es mi posición, y lo digo con toda modestia. Cualquier devaneo que yo pudiera pretender, como decir ya me cansé, me voy, debo saber que en el Bloque me responderían: qué putada nos quieres hacer. Hay algo difícilmente comprensible fuera de nuestra cultura política. Nadie está en el Bloque por hacer carrera política. Absolutamente nadie.

P. ¿Tampoco usted?

R. Tampoco. Yo soy político, pero no de carrera. Y me aterra pensar que la dedicación política, si cae Fraga, pueda destrozarme mi vida personal, que es muy satisfactoria.

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