Julio Ortiz Vázquez, patólogo y profesor

Ha fallecido en fechas recientes el doctor Julio Ortiz Vázquez. Consagró su vida al ejercicio y a la enseñanza de la medicina. Estaba dotado de una vocación entusiasta y de una sólida formación científica, que, a través del estudio constante, le permitió mantenerse siempre al día. Todo ello, unido a un espíritu humano y humanista, hacía de él una persona singular, un excelente maestro y un médico capaz no solamente de diagnóstico certero, sino también de sentir y vivir los problemas de sus pacientes.Nacido en 1921 fue alumno del Instituto-Escuela, donde entabló amistades, algunas de las cuales...

Ha fallecido en fechas recientes el doctor Julio Ortiz Vázquez. Consagró su vida al ejercicio y a la enseñanza de la medicina. Estaba dotado de una vocación entusiasta y de una sólida formación científica, que, a través del estudio constante, le permitió mantenerse siempre al día. Todo ello, unido a un espíritu humano y humanista, hacía de él una persona singular, un excelente maestro y un médico capaz no solamente de diagnóstico certero, sino también de sentir y vivir los problemas de sus pacientes.Nacido en 1921 fue alumno del Instituto-Escuela, donde entabló amistades, algunas de las cuales han permanecido intactas toda la vida.

Su vida profesional fue seria y brillante: el trabajo, el estudio y la constante dedicación le llevaron a obtener siempre brillantes resultados.

Premio extraordinario en licenciatura y en el doctorado. Trece oposiciones ganadas -entre ellas, la cátedra de Patología Médica-, primero en la Universidad de Cádiz y luego en la Autónoma de Madrid. Fue jefe del servicio del Hospital Provincial de Madrid, jefe del departamento de Medicina Interna de la ciudad sanitaria La Paz, donde además ejerció la docencia. Fue también director de la residencia general de la ciudad sanitaria La Paz. Veintiocho años de labor clínica diaria en hospitales, además de su consulta privada. Publicó más de cien artículos científicos y colaboró en diversas monografías médicas.Además de todo esto, y quizá ante todo, era "amigo de sus amigos". Murió de modo repentino en un momento de plenitud como final de una vida plena, en el terreno familiar y en el profesional. Su recuerdo quedará vivo en muchas generaciones de discípulos, en la memoria de sus pacientes y en el alma de sus familiares y amigos.-