CICLISMO

Abierto, como casi siempre

El Mundial de San Sebastián, otra Iotería en forma de carrera

Sólo hace un par de años parecía ya desechado para siempre el viejo lugar común ciclista de que el maillot arco iris tocaba en la lotería. Era la cita de Colombia, cuando el inhumano desafío de Induráin -Mundial contrarreloj y en línea y récord de la hora-, cuando el sorprendente triunfo de un Olano que aprovechó el hecho de que todos supieran que el único favorito era Induráin, cuando - el durísimo circuito de Duitama, cuando la forzada aclimatación a la altura, cuando la renuncia voluntaria de algunos ciclistas, cuando él estreno del mes de octubre como fecha mundialista... Demasiadas...

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Sólo hace un par de años parecía ya desechado para siempre el viejo lugar común ciclista de que el maillot arco iris tocaba en la lotería. Era la cita de Colombia, cuando el inhumano desafío de Induráin -Mundial contrarreloj y en línea y récord de la hora-, cuando el sorprendente triunfo de un Olano que aprovechó el hecho de que todos supieran que el único favorito era Induráin, cuando - el durísimo circuito de Duitama, cuando la forzada aclimatación a la altura, cuando la renuncia voluntaria de algunos ciclistas, cuando él estreno del mes de octubre como fecha mundialista... Demasiadas circunstancias atípicas para sacar alguna conclusión duradera. Aquello ocurrió en 1995. Sólo un año después, en Lugano, apareció clara cuál sería la nueva lógica de la carrera que otorga el premio más prestigioso -el derecho a vestir todo un año de arco iris-, y que no es otra más que la antigua, pero corregida y aumentada, la lógica del nuevo ciclismo. San Sebastián -jueves, contrarreloj, y domingo en línea- está preparada para continuarla: un puñado de especialistas para la contrarreloj y otros tantos especialistas para la carrera en línea. El gran campeón, el hombre que en otras épocas dominaba todo tipo de carreras y circunstancias, estará ausente. Entre otras cosas porque, quizá desde la retirada de Induráin, no existe.Pese a que en San Sebastián no estarán Ullrich -ganador del Tour-, Gotti -Giro-, Rfis, Olano, Escartín, Pantani ni Cipollini, sería injusto hablar del Mundial de las ausencias. El traslado de la Vuelta a septiembre y el consiguiente retraso de agosto a octubre del Mundial ha traído consigo un alargamiento excesivo de la temporada. O sea, el troceado por especialidades. Los clasicómanos se, dedican a hacer su primavera y su otoño; los campeones, a hacer el Tour, y el resto, a lo que queda.

San Sebastián, carrera abierta, como casi siempre, o sea, una clásica de verano, de ésas en las que el trazado no es especialmente imponente o selectivo y hay variados tipos de aspirante. La única diferencia, lo que hace al Mundial especial: se corre por selecciones, no por equipos comerciales.

Con esa circunstancia, la lotería prevista se hace menos. Hay corredores con más papeletas por el simple hecho de pertenecer a un país fuerte. Dado que ni LeMonds ni Roches quedan muchos por ahí habrá que convenir en hablar de italianos, franceses y suizos como maximos favoritos. Los tres grandes países ciclistas, además, cuentan con la experiencia del año pasado en Lugano. La caótica táctica italiana, los más fuertes; los piques entre Virenque, Jalabert y Leblanc: -los tres líderes irrenunciables de la parte francesa- y la falta de valentía suiza dieron como resultado la victoria de un belga, Johan Museeuw, el más fuerte del día.

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