Entrevista:

"Los madrileños se vuelcan, desde hace años, en el billar"

A la edad a la que se abandonan los pantalones cortos, José María Morales empezó a exhibir su segundo apellido napolitano por los billares de más recia estampa. Entonces, Trócoli, que ahora luce 48 años en un cuerpo menudo ("los pequeños tenemos menos perspectiva pero somos más peleones"), se acostumbró a matar bolas, soportar retruques, cometer pifias y lamentarse de corbatas. Poco a poco, se fue familiarizando con el arte reposado de ver pasar el tiempo reclinado sobre un tapiz verde, asediado por el humo de los cigarrillos y el color gris de la desgana. Pero deci...

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A la edad a la que se abandonan los pantalones cortos, José María Morales empezó a exhibir su segundo apellido napolitano por los billares de más recia estampa. Entonces, Trócoli, que ahora luce 48 años en un cuerpo menudo ("los pequeños tenemos menos perspectiva pero somos más peleones"), se acostumbró a matar bolas, soportar retruques, cometer pifias y lamentarse de corbatas. Poco a poco, se fue familiarizando con el arte reposado de ver pasar el tiempo reclinado sobre un tapiz verde, asediado por el humo de los cigarrillos y el color gris de la desgana. Pero decididamente, aquellos eran otros tiempos. Ahora, según cálculos de la Federación Madrileña de Billar, existen cerca de 25.000 aficionados al arte de la carambola y aproximadamente un millón de frecuentadores del billar americano o pool. Algunos de estos últimos se reunirán el próximo 11 de octubre en Madrid para celebrar el Campeonato de España. "Con estas cifras, está claro que el concepto de los billares a la antigua, como lugares de ambiente sórdido, ha cambiado", dice a modo de presentación.Pregunta. ¿Billar de carambola o americano?

Respuesta. Los dos. Cada uno en su estilo. El español es más técnico y reposado. Sin embargo, el americano requiere más energía. En el primero un fallo significa poco. En el segundo, un único fallo puede suponer toda la partida. Uno es más elitista, eso sí, y el otro se juega más porque en España hay cerca de 100.000 mesas de billar distribuidas por bares, pubs y otros locales. Existe el concepto equivocado de que el genuino y auténtico es el primero. Pero eso forma parte de la mitología.

Pregunta. Entonces, lo de los billares de madera crujiente, olor a zotal y cuajados de buscavidas....

Respuesta. Más mitología. De hecho, esa imagen nos ha hecho mucho daño. Ya en los ochenta, en Madrid, de esos locales, por así decirlo, apenas quedaba nada.

P. ¿No quedan ni apuestas, ni jugadores profesionales?

R. Bueno, desde hace cinco años, los fabricantes de mesas organizan campeonatos para favorecer el juego. De hecho, puede haber una docena de jugadores que se pueden llevar en premios al año entre cinco y diez millones de pesetas.

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P. ¿Eso quiere decir que hay dinero?

R. Sólo premios como en cualquier campeonato del que sale una especie de campeón español. Es simplemente una consecuencia del número cada vez mayor de aficionados.

R. Y este aluvión ¿a qué se debe?

R. Tras un periodo en el que en Madrid el billar sólo se practicaba en determinados sitios como el Círculo de Bellas Artes, El Círculo Mercantil o la propia Federación, desde hace unos años la gente se ha volcado. Sobre todo con el americano.

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