GENTE

EL GESTO DE UN PARADO

Un cubano en paro, M. R. C. R, de 45 años, es el protagonista de una pequeña historia de civismo. Sin trabajo, decidió trasladarse desde Sevilla, donde residía, a Haro (La Rioja) para participar en las tareas de la vendimia. Cerca de una estación de servicio, próxima a esta localidad, presencio como un señor mayor se apeaba de un coche, visiblemente mareado, para acomodarse en la parte de atrás del vehículo, mientras conducía un segundo hombre. En la acción, la persona indispuesta olvidó una pequeña bolsa. M. R. C. R. les avisó pero el coche arrancó y se fue. Para su sorpresa, la bolsa contení...

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Un cubano en paro, M. R. C. R, de 45 años, es el protagonista de una pequeña historia de civismo. Sin trabajo, decidió trasladarse desde Sevilla, donde residía, a Haro (La Rioja) para participar en las tareas de la vendimia. Cerca de una estación de servicio, próxima a esta localidad, presencio como un señor mayor se apeaba de un coche, visiblemente mareado, para acomodarse en la parte de atrás del vehículo, mientras conducía un segundo hombre. En la acción, la persona indispuesta olvidó una pequeña bolsa. M. R. C. R. les avisó pero el coche arrancó y se fue. Para su sorpresa, la bolsa contenía rubíes, esmeraldas, perlas, pulseras y relojes de oro, valorados en un millón y medio de pesetas. Tras el hallazgo, el hombre, que es ingeniero técnico de profesión, se dirigió al cuartel de la Policía Local a devolver las joyas.-

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