Una asociación de Lavapiés pide el desalojo de los 'okupas' por ruido

La asociación de vecinos y comerciantes Atila, una de las dos de la zona de Tirso de Molina Lavapiés, ha solicitado al Ministerio de Economía y Hacienda que expulse a los okupas afincados en La Veterinaria, una antigua sede del Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA), en Embajadores, 68. Les acusan de molestar al vecindario con los ruidos de, los conciertos y fiestas nocturnas que celebran todas las semanas y de coger luz y agua (el edificio carece de esos servicios) de las bocas de riego y del alumbrado público. También se quejan de que usen un bloque cuyo derribo está pr...

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La asociación de vecinos y comerciantes Atila, una de las dos de la zona de Tirso de Molina Lavapiés, ha solicitado al Ministerio de Economía y Hacienda que expulse a los okupas afincados en La Veterinaria, una antigua sede del Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA), en Embajadores, 68. Les acusan de molestar al vecindario con los ruidos de, los conciertos y fiestas nocturnas que celebran todas las semanas y de coger luz y agua (el edificio carece de esos servicios) de las bocas de riego y del alumbrado público. También se quejan de que usen un bloque cuyo derribo está previsto abrir una zona verde en este barrio que carece de jardines.La asociación ha recopilado medio centenar de firmas de vecinos y las de los setenta comerciantes del mercado de San Fernando, próximo al edificio okupado. Se las han remitido a Hacienda que ya ha iniciado los trámites para el desalojo.

Isabel García de la Torre, presidenta de Atila, explica que desde que los jóvenes entraron en La Veterinaria hubo vecinos que protestaron. "Nos pareció que había que esperar a ver que hacían antes de tomar ninguna determinación, pero el malestar ha aumentado", explica. "La queja principal es la de los ruidos, pero también es verdad que cobran unas 500 pesetas por los conciertos y dan comidas a 400 pesetas sin ningún control sanitario y sin pagar impuesto alguno por estas actividades lucrativas", añade.

"Además, como el bloque está junto al Instituto Cervantes, durante el curso entran a él chavales de 14 a 16 años y no parece que ese sea un lugar adecuado para ellos", apostilla García. "Nuestra asociación no apoya a estos jóvenes porque usurpan lo que no es suyo pero es cierto que hay una antigua tahona de Embajadores, 40 okupada por chicas (La Escalera Caracola), de la que no hay quejas", concluye.

Agua de boca de riego

José Luis Posilio, presidente del mercado de San Fernando, donde algunos comerciantes son vecinos de la zona, reconoce que los okupas "son gente educada". "Pero por la noche, sobre todo si hay concierto, la juerga dura hasta altas horas; cuando acaba la actuación, siguen las voces, las flautas y los bongos, les dices algo y te piden perdón pero vuelven a las andadas", asegura.

Otra vendedora, vecina de los okupas, explica que a veces les ha llamado la atención por coger agua de las bocas de riego. "Y te dan unas respuestas, en buen tono, eso sí, que te dejan atónita, con lo que encima te vas pensando que la tonta eres tú porque pagas impuestos", apostilla. Los okupas han mantenido reuniones con la otra asociación del barrio, la de La Corrala, vinculada a partidos de izquierdas, para explicarles sus planes. Seiscientas personas, entre ellas tres diputados regionales de IU y una decena de intelectuales y artistas, se han autoinculpado como okupas en apoyo a estos jóvenes y para que la okupación deje de ser delito.

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