Un problema doméstico

El fondo de las discusiones que estos días se han llevado a cabo en la sede de la FIFA en Zúrich (Suiza) lo dejó muy claro Gerardo González, secretario general de la Federación Española de Fútbol (RFEF): "Sólo pretendemos que los clubes españoles estén en igualdad de condiciones con los extranjeros para realizar fichajes internacionales. La FIFA ha comprendido que las cláusulas de rescisión son simplemente un problema de régimen interno del fútbol español".Los problemas que se han suscitado con Lizarazu y con Ronaldo han surgido del hecho de que tanto el Bayern Múnich como el Inter de Milán no...

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El fondo de las discusiones que estos días se han llevado a cabo en la sede de la FIFA en Zúrich (Suiza) lo dejó muy claro Gerardo González, secretario general de la Federación Española de Fútbol (RFEF): "Sólo pretendemos que los clubes españoles estén en igualdad de condiciones con los extranjeros para realizar fichajes internacionales. La FIFA ha comprendido que las cláusulas de rescisión son simplemente un problema de régimen interno del fútbol español".Los problemas que se han suscitado con Lizarazu y con Ronaldo han surgido del hecho de que tanto el Bayern Múnich como el Inter de Milán no hayan entrado en contacto con los clubes de procedencia de los jugadores para intentar ficharles. "Ellos han interpretado que pagando la cláusula de rescisión ya era suficiente", explica González. "Sin embargo, eso no es cierto. La cláusula sólo tiene validez en España porque es una norma que no traspasa nuestras fronteras. Si así fuera, se aplicaría en todo el mundo y habría sido publicada por el Boletín Oficial de la FIFA, algo que naturalmente nunca ha ocurrido". González señala que la norma ni siquiera es válida entre países que la tienen, como es el caso de Bélgica y España. La cuestión es que cuando un club español pretende fichar a un jugador de otro país debe seguir unas normas establecidas por la FIFA. La primera de ellas es entrar en contacto con el club de procedencia para intentar llegar a un acuerdo. En ese aspecto no había reciprocidad. Ni el Inter, ni el Bayern negociaron con el Barça y el Athlétic. Se limitaron a pagar las cláusulas de 4.000 y de 600 millones respectivamente.

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"En el fondo, los intermediarios son los más culpables de estas situaciones, porque son quienes ofrecen a los jugadores al precio que determina la cláusula de rescisión", comentó González. Sin embargo, es un planteamiento equivocado. Es más, fuera del ámbito español esta cláusula no debe incidir en nada. La negociación entre los clubes debe llevarse al margen de ella".

Estas tesis han sido acatadas implícitamente por la FIFA, con la resolución que ayer dictó la Comisión del Estatuto del Jugador. "Ha sido un triunfo de la federación española", señaló ayer Angel María Villar, presidente de la RFEF. Y Gerardo González puso más luz en el tema: "Es evidente que algo habrá que revisarse en la normativa del fútbol español para evitar estas situaciones".

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