El ocaso de Anatoli Kárpov

El campeón mundial de ajedrez de la FIDE encadena las derrotas

Sólo sus más acérrimos admiradores confían todavía en que Anatoli Yevguénevich Kárpov, de 46 años, resurja como el Ave Fénix. Después de sus malas actuaciones en los torneos de Gran Canaria y Dos Hermanas, el campeón de la Federación Internacional (FIDE) ocupaba ayer el 8º puesto sobre 10 participantes en Dortmund a falta de dos rondas. El viernes perdió ante él británico Nigel Short con un juego muy desdibujado, pero luchó con el pundonor de siempre. Tras una ronda de altisimo nivel de combatividad, el ruso VIadímir Krámnik estaba a un paso del primer premio.Existen argumentos sólidos ...

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Sólo sus más acérrimos admiradores confían todavía en que Anatoli Yevguénevich Kárpov, de 46 años, resurja como el Ave Fénix. Después de sus malas actuaciones en los torneos de Gran Canaria y Dos Hermanas, el campeón de la Federación Internacional (FIDE) ocupaba ayer el 8º puesto sobre 10 participantes en Dortmund a falta de dos rondas. El viernes perdió ante él británico Nigel Short con un juego muy desdibujado, pero luchó con el pundonor de siempre. Tras una ronda de altisimo nivel de combatividad, el ruso VIadímir Krámnik estaba a un paso del primer premio.Existen argumentos sólidos para afirmar que Kárpov es uno de los mejores deportistas de todos los tiempos. Elegido por el Kremlin para recuperar el honor nacional perdido por Borís Spasski ante el estadounidense Bobby Fischer en 1972, Kárpov sufrió la frustración de ser un campeón postizo por la incomparecencia y retirada del estadounidense en 1975. Para resarcirse, coleccionó más victorias en torneos que ningún otro campeón durante diez años (1,975-1985) y ganó dos veces al traidor -disidente soviético- Víctor Korchnoi en sendos duelos por el título preñados de presiones políticas y escándalos.

Cuando se disponía a disfrutar sin más agobios de su condición de héroe nacional, Kárpov tuvo que afrontar contra Gari Kaspárov, símbolo de la perestroika, la mayor rivalidad en la historia del deporte. Perdió el título, pero siguió luchando con denuedo; llegó el cisma del ajedrez, y recuperó la corona de la FIDE. Franqueó la barrera de los 40 años de edad, pero su lista de torneos ganados pasaba ya del centenar.

"Sólo necesito descansar unos meses para lograr buenos resultados", había dicho Kárpov en abril tras el fracaso en Dos Hermanas. El principal atractivo de los dos torneos magistrales de este mes -Dortmund y Biel- era la esperada recuperación del gélido Tolia. Pero la realidad es terca: una victoria, cuatro empates y dos derrotas; los potenciales patrocinador-es del anunciado duelo de reunificación contra Gari Kaspárov han perdido ya todo interés. A pesar de ello, y en un claro reflejo de su dura infancia -rozó la muerte al nacer en una zona con contaminación nuclear y pasó años en la cama por la enfermedad-, Kárpov sigue peleando cada día. Como debe ser: los grandes deportistas brillan especialmente en su ocaso.

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