Bólidos bajo control

Alcobendas celebra el sexto campeonato de España de coches teledirigidos

Los pilotos del VI Campeonato de España de Radiocontrol conducen desde un palco. Ayer se jugaron en Alcobendas (83.000 habitantes) un viaje a Milán para competir en la final europea de esta especialidad. Daniel Vega, un barcelonés de 24 años, , aseguraba que el radiocontrol es una especie de vicio. "Te da el mono en el momento que te separas del coche mucho tiempo", cuenta. Estos pequeños bólidos (entre 20.000 y 120.000 pesetas) requieren grandes cuidados. Los pilotos llevan a cuestas maletines con todo el material mecánico necesario, desde fibra de carbono y titanio hasta llaves in...

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Los pilotos del VI Campeonato de España de Radiocontrol conducen desde un palco. Ayer se jugaron en Alcobendas (83.000 habitantes) un viaje a Milán para competir en la final europea de esta especialidad. Daniel Vega, un barcelonés de 24 años, , aseguraba que el radiocontrol es una especie de vicio. "Te da el mono en el momento que te separas del coche mucho tiempo", cuenta. Estos pequeños bólidos (entre 20.000 y 120.000 pesetas) requieren grandes cuidados. Los pilotos llevan a cuestas maletines con todo el material mecánico necesario, desde fibra de carbono y titanio hasta llaves inglesas diminutas.

Las cuatro categorías de coches que participaron ayer en la final -Fórmula 1, turismos, superturismos y clásicos- cuentan con una batería eléctrica que dura unos seis minutos.

El jurado de la prueba tan sólo penaliza la conducción agresiva o saltarse tramos de circuito. El resto es cuestión de velocidad. Los niños conductores necesitaron la ayuda de taburetes para dirigir desde el palco. "De mayor yo quiero ser piloto de rallies, aunque estos cochecitos me chiflan", decía Javier Español, de 10 años, el benjamín de la prueba.

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