El Banesto destroza los Alpes

Olano gana la etapa reina de la Dauphiné y se coloca líder

Y sin embargo, saben jugar al ataque. Tantos años han estado los del Banesto saliendo a defender la posición de Induráin en las etapas montañosas que más de uno sospechaba que no sabían hacer otra cosa, que los reflejos de sus directores se habían contagiado a los nuevos reclutas. Pero saben atacar. Lo demostraron en la Vuelta a Asturias, ganada por Fernández Ginés, también en la Bicicleta Vasca de Blanco y Olano, y también en el mayor escenario en el que han actuado hasta ahora: los puertos de más de 2.000 metros de los Alpes; Vars, Izoard, gigantes con resonancias de Tour, los puertos que ay...

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Y sin embargo, saben jugar al ataque. Tantos años han estado los del Banesto saliendo a defender la posición de Induráin en las etapas montañosas que más de uno sospechaba que no sabían hacer otra cosa, que los reflejos de sus directores se habían contagiado a los nuevos reclutas. Pero saben atacar. Lo demostraron en la Vuelta a Asturias, ganada por Fernández Ginés, también en la Bicicleta Vasca de Blanco y Olano, y también en el mayor escenario en el que han actuado hasta ahora: los puertos de más de 2.000 metros de los Alpes; Vars, Izoard, gigantes con resonancias de Tour, los puertos que ayer destrozaron en la etapa reina de la Dauphiné Libéré. "Dedico mi triunfo a todo el equipo". Abraham Olano marcha lanzado en el camino hacia su primer Tour. Ganó la etapa, igual que Induráin hace un año; hundió a todos sus rivales -Ekimov, Virenque y Dufaux-, y se colocó líder de la prueba francesa.Rlis -que disputa la suave Vuelta a Luxemburgo-, Ullrich, Jalabert, Zülle -que abandonó la Dauphiné para correr la Vuelta a Suiza- y demás favoritos para el Tour tienen un motivo más de preocupación: se dan codazos y dicen: Olano también pasa la montaña. Y cómo le funciona el equipo.

En el tremendo Vars (2.109 metros, a 72 kilómetros de la meta), la máquina se puso en marcha y cogió la carrera por la mano. Cuando los más rodadores -Txente, Pruden y Arrieta- empezaron a marcar el ritmo de la subida, todos vieron al líder, Ekimov, empezar a pasarlo mal. Jiménez pasó al frente y su bestial ritmo fue definitivo para descolgar al ruso, quien sin embargo enlazó en el descenso. En el valle Virenque -que perdería siete minutos- se marca una de farol y se escapa con Boogerd. Y enfrente, el Izoard, cuyo solo nombre impone. Jiménez -hasta que pincha- Blanco y sobre todo Beltrán -conquistó el maillot de líder de la montaña- acaban con el mito y la carrera. Todos dirigidos por el magistral Olano.

El de Anoeta pidió calma cuando el fortachón alemán Udo Bolts atacó cuando quedaban cuatro kilómetros. En el descenso, Olano se suelta el pelo y lo coge. Se forma un grupo de cuatro -Olano, Bolts, Robin y Boogerd- hasta Briançon. En las rampas hacia la Fortaleza, ataca Bolts. Pero Olano, que le permitió ganar la subida a Arrate hace un mes, no le iba a dejar repetir. Quinto llegó Beltrán, sexto Peña, séptimo Blanco y octavo Zarrabeitia. Ante la etapa de hoy -los puertos de la Clásica de los Alpes revisitados- Olano parte con 1m 9s sobre Bolts. Sexto es Peña, séptimo Zarrabeitia, décimo Beltrán y decimosexto Blanco.

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