El día de la velocidad

Donovan Bailey y cinco estadounidenses bajan de 10 segundos en 100 metros

Los velocistas protagonizaron la jornada de ayer en los campeonatos de Estados Unidos de atletismo, que sirven para seleccionar a los atletas que participarán en los próximos Mundiales de Atenas. Cinco atletas, encabezados por Jon Drummond, bajaron de los 10 segundos en los cuartos de final de 100 metros. Horas más tarde, el canadiense Donovan Bailey, campeón olímpico y plusmarquista mundial de 100 metros, contestaba a los estadounidenses en Nuremberg, donde consiguió un registro de 9,94 segundos. El británico Linford Christie, de 37 años, fue segundo con 10,05s, una marca espléndida para un h...

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Los velocistas protagonizaron la jornada de ayer en los campeonatos de Estados Unidos de atletismo, que sirven para seleccionar a los atletas que participarán en los próximos Mundiales de Atenas. Cinco atletas, encabezados por Jon Drummond, bajaron de los 10 segundos en los cuartos de final de 100 metros. Horas más tarde, el canadiense Donovan Bailey, campeón olímpico y plusmarquista mundial de 100 metros, contestaba a los estadounidenses en Nuremberg, donde consiguió un registro de 9,94 segundos. El británico Linford Christie, de 37 años, fue segundo con 10,05s, una marca espléndida para un hombre incombustible.Indianápolis ha sido el escenario tradicional de algunas de las mejores marcas de la historia de la velocidad. En algunos casos, los tiempos han sido favorecidos por el viento. Pero lo cierto es que la pista tiene algo de milagrosa. En 1988, Florence Griffith realizó 10,49 segundos, un récord que perdurará hasta bien entrado el próximo siglo.

Para los velocistas estadounidense ha llegado la hora de contestar a aquellos que proclaman la caída de su imperio. En Atlanta no consiguieron ninguna medalla en los 100 metros, donde fueron derrotados por el canadiense Bailey, el namibio Frankle Fredericks y Ato Boldon, de Trinidad y Tobago. En su intento por recuperar el prestigio, la vieja generación y los jóvenes tratan de situarse en los niveles que aseguran las medallas en las grandes competiciones. Es decir, corren por debajo de los 10 segundos.

En los cuartos de final, y con un viento favorable aunque no excesivo, Jon Drummond hizo el mejor registro, con 9,92s, la segunda marca del año, por detrás de la obtenida hace escasas semanas por Ato Boldon (9,89s). Drummond pertenece a la generación intermedia. Es un atleta que no consigue meterse entre los mejores porque le falta el punto de potencia necesario para batir a Balley o Boldon.

Entre los veteranos, Mike Marsh corrió su serie en 9,97s y luego batió a Drummond en la semifinal, que se disputó en condiciones contrarias. El viento sopló entonces contra los atletas y desmejoró las marcas. Marsh hizo un tiempo de 10,13s, por 10, 1 8s de Drummond. Los jóvenes presentaron sus credenciales con fuerza. El más consistente fue Maurice Greene, que después de dos años de aprendizaje comienza a dar muestras de verdadero talento. En los cuartos de final se impuso con 9,97s, el mismo tiempo que consiguió Tim Montgomery, un velocista irregular que no termina de confirmar en Europa lo que apunta en Estados Unidos.

Entre las sorpresas figura la actuación de Kareem Sreete-Thompson, cuyo destino parecía más el salto de longitud que la velocidad. Después de su desastrosa campaña en 1996, Streete-Thompson ha comenzado a rehabilitarse a través de las pruebas cortas. Fue segundo tras Drummond en cuartos de final con 9,96s. Dennis Mitchell fue eliminado en las semifinales.

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