Un brasileño en la final

Kuerten eliminó a Dewulf en la semifinal de los inesperados

El belga Filip Dewulf y el brasileño Gustavo Guga Kuerten disputaron un encuentro poco acorde con el nivel de calidad que se supone al penúltimo escalón de Roland Garros. El número 66 de la clasificación mundial, Kuerten, ganó en cuatro mangas (6-1, 3-6, 6-1 y 7-6) al número 122, Dewulf, y se consagró como la sorpresa del año. Nunca un brasileño había llegado a la final del torneo de París ni a nunguna otra de un torneo del Grand Slam.Kuerten empezó el encuentro bailando al fondo de la pista, sin detener un instante sus piernas engañosamente enclenques y forzando el peloteo. Eso le bast...

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El belga Filip Dewulf y el brasileño Gustavo Guga Kuerten disputaron un encuentro poco acorde con el nivel de calidad que se supone al penúltimo escalón de Roland Garros. El número 66 de la clasificación mundial, Kuerten, ganó en cuatro mangas (6-1, 3-6, 6-1 y 7-6) al número 122, Dewulf, y se consagró como la sorpresa del año. Nunca un brasileño había llegado a la final del torneo de París ni a nunguna otra de un torneo del Grand Slam.Kuerten empezó el encuentro bailando al fondo de la pista, sin detener un instante sus piernas engañosamente enclenques y forzando el peloteo. Eso le bastó. DewuIf, el único semifinalista que había accedido a tal condición partiendo de la penosa fase clasificatoria, notaba la acumulación de encuentros. Su primer servicio sólo entraba una de cada tres veces y resultaba fofo y previsible.Las piernas le pesaban y tendía a quedarse al fondo, racionando sus pocas energías. Sólo en la segunda manga consiguió imponerse, y eso porque Kuerten bajó de nivel.Las dos últimas mangas no tuvieron historia. Kuerten y Dewulf estaban agarrotados, por el cansancio y la responsabilidad, y el pintoresco brasileño acabó imponiéndose por la vía que reclamaba el encuentro: una última bola se paseó sobre la cinta de la red y se decantó a favor de Kuerten.

"Puede que Dios sea brasileño", comentó Gustavo Kuerten al acabar. "Es como un sueño", repetía el tenista que ha paseado por Roland Garros los colores de la selección brasileña.

Kuerten, de 20 años, ha alcanzado una fama instantánea en Brasil. Su magnífico Roland Garros -para llegar a la final tuvo que eliminar a los reyes de la tierra batida: Muster, Medvedev y al último ganador, KafeInikov, entre otros- ha hecho que el tenis rivalizara hasta con el fútbol, por lo menos en su ciudad, Florianopolis.

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