Mestalla se rinde a Alfonso

El Valencia se despide de la UEFA y el Betis deja al Barça la Liga de Campeones

Por segunda semana consecutiva, VIaovic transformó a su equipo. Le quitó 10 años de vida. Lo despertó de un aturdimiento en el que le había sumido un Betis excelente técnicamente durante la primera hora .de partido. Muy discutible resulta el rendimiento de VIaovic como futbolista, pero como goleador admite pocas dudas: resuelve con una facilidad pasmosa. La entrada del delantero croata, sin embargo, fue demasiado tardía. El Betis se había paseado por Mestalla durante buena parte del encuentro. Hasta que Valdano halló dos antídotos: el primero Javi Navarro, que vino a tapar los agujeros abierto...

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Por segunda semana consecutiva, VIaovic transformó a su equipo. Le quitó 10 años de vida. Lo despertó de un aturdimiento en el que le había sumido un Betis excelente técnicamente durante la primera hora .de partido. Muy discutible resulta el rendimiento de VIaovic como futbolista, pero como goleador admite pocas dudas: resuelve con una facilidad pasmosa. La entrada del delantero croata, sin embargo, fue demasiado tardía. El Betis se había paseado por Mestalla durante buena parte del encuentro. Hasta que Valdano halló dos antídotos: el primero Javi Navarro, que vino a tapar los agujeros abiertos por Romero; y el segundo VIaovic, que alteró la plácida vida de la zaga andaluza. Al final, el Valencia, pese a ofrecer una de sus mejores imágenes de la campaña, se quedó con un punto muy flaco, insuficiente para sus aspiraciones europeas. El Betis, por su parte, evidenció la magnitud de su plantilla, a años luz de su rival. Aunque ayer diera el pase definitivo ya al inalcanzable Barça para la Liga de Campeones.Mestalla se rindió a Alfonso. A su regate en corto y en largo, a su toque celestial, a su inteligencia. Escasean jugadores de tal calibre como para dejarlos pasar sin aplaudirlos. Ante la maravillosa habilidad de Alfonso, a la grada no le quedaba más que suspirar. Ooooh!. Y entonces alguien recordó que había llegado tocado a Valencia, limitado por una tendinitis. ¿Y si hubiese venido entero?

Sin embargo, si al Valencia se le iba el partido no era exclusivamente por el virtuoso Alfonso. Sino por la calidad de sus compañeros de la medular: Márquez, Cañas, Nadj y Bjelica. Un centro del campo tan inhabitual como extraordinario.

Comenzó el segundo periodo y Mestalla ya estaba entregado de nuevo a Alfonso. A ese zigzagueo que dejó tirados por el camino toda una nube de defensores locales y al que sólo respondió Zubizarreta, con la manopla derecha, en un alarde de reflejos.

Para entonces el partido ya se había convertido en un duelo entre Alfonso y Ortega. Un mano a mano entre los dos más grandes. Llegó el turno del argentino en una acción a toda mecha: recibió en el pico del área, quebró a derecha e izquierda y tan sólo le restaba el disparo, pero prefirió simular un penalti que le costó una tarjeta.

Con el paso del choque el Betis se relajó un tanto. Dosificó fuerzas para otros compromisos. Se refugió en su defensa, en espera de la desesperación del Valencia, que perdía gas a medida que se extinguía el partido y sus opciones de UEFA.

Todo parecía sentenciado cuando, de pronto, saltó VIaovic, exhibió esa cabellera de rubio platino por la retaguardia bética y robó un balón que convirtió en oro. Pero fue todo.

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