FÓRMULA 1

Villeneuve gana la batalla de la estrategia

El piloto canadiense venció en Montmeló porque sólo paró dos veces a repostar

Jacques Villeneuve no dejó ni un hueco a la sorpresa en el Gran Premio de España de fórmula 1. Ante más de 60.000 espectadores, el piloto canadiense, de 26 años, sumó su tercer triunfo de la temporada en seis carreras y recuperó el liderazgo del campeonato del, mundo. La suya fue la victoria soñada, de cabo a rabo, después de diseñar una estrategia perfecta para aprovechar la superioridad de su Williams en una pista en la que ha cubierto numerosas vueltas de entrenamientos.El éxito se decidió en el vestuario. La pizarra de Williams, que otras veces fracasó estrepitosamente, apostó por realizar...

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Jacques Villeneuve no dejó ni un hueco a la sorpresa en el Gran Premio de España de fórmula 1. Ante más de 60.000 espectadores, el piloto canadiense, de 26 años, sumó su tercer triunfo de la temporada en seis carreras y recuperó el liderazgo del campeonato del, mundo. La suya fue la victoria soñada, de cabo a rabo, después de diseñar una estrategia perfecta para aprovechar la superioridad de su Williams en una pista en la que ha cubierto numerosas vueltas de entrenamientos.El éxito se decidió en el vestuario. La pizarra de Williams, que otras veces fracasó estrepitosamente, apostó por realizar dos paradas en talleres para repostar y cambiar los neumáticos. Fue una decisión acertada, aunque minoritaria, pues la mayoría prefirió detenerse tres veces, como el alemán Michael Schumacher (Ferrari).

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La apuesta de Villeneuve fue la óptima. Los otros visitantes del podio de Montmeló, los franceses Olivier Panis (Ligier) y Jean Alesi (Benetton), también pararon sólo dos veces en los talleres. Como pasa últimamente en la F-1, el juego de estrategias previas centró el interés.

Villeneuve, partiendo desde la pole position, arrancó bien y ya en la primera curva enseñó la espalda a sus rivales. Los primeros compases fueron los más entretenidos, hasta que quedó definido un orden que únicamente interrumpió el constante vaivén de paradas en la zona de talleres. La F-1 actual resulta un ejercicio complicado de seguir.

Otro que arrancó de manera impecable fue el hombre cuyo nombre apareció en más pancartas ayer en Montmeló. Desde la cuarta fila de la parrilla, Schumacher ejecutó a. la perfección la maniobra de partida. Llegó al final de la recta en tercera posición y gracias a ese primer empujón fue capaz de pelear casi hasta el final por un sitio en el cajón. Sin embargo, su Ferrari enseñó ayer, sin ayuda de la lluvia, todas sus carencias. Y el cuarto lugar que ocupó al final le supuso perder el liderazgo del Mundial en beneficio de Villeneuve. Tres puntos les separan ahora.

A partir de la quinta vuelta se estabilizaron las posiciones. En los primeros giros el espectáculo fue atractivo. Villeneuve apretó para construirse una ventaja sólida, Schumacher adelantó al escocés David Coulthard (McLaren) por el exterior y luego se defendió del acoso de bólidos más rápidos que el suyo, como el Benetton de Alesi. Poco después, Coulthard superó a Schummi.

Cuando se cubrió la décima vuelta, Villeneuve poseía ya una renta importante. Sus 12 segundos de margen significaban que el canadiense había rodado un segundo más rápido por vuelta que sus enemigos. Mientras, el otro gran favorito, su compañero Heinz-Harald Frentzen, andaba perdido en la miseria. En toda la carrera el piloto alemán de madre española no levantó cabeza, y terminó octavo.

Coulthard y Schumacher, segundo y tercero de la clasificación en los albores del Gran Premio, fueron los primeros en enfilar el camino de los talleres. Ocurrió en la vuelta 14, con lo que quedó claro que su plan de carrera preveía tres paradas. Poco después se produjo el abandono del Arrows número uno con el actual campeón, el inglés Damon Hill, al volante. El motor roto fue el causante del episodio de ayer correspondiente a la pesadilla que vive Hill este año.

Villeneuve realizó su primera parada en la vuelta 20. Sus mecánicos tardaron ocho segundos en llenar el depósito de carburante y cambiar los cuatro neumáticos. Regresó a la pista y siguió primero, con sólo seis segundos de ventaja sobre Coulthard. Pero éste volvió a parar a repostar, igual que Schumacher, y el testigo como seguidores lejanos del líder lo recogieron Panis y Alesi.

Las posiciones ya no se movieron. Todos volvieron a parar una vez -la tercera para Coulthard y Schumacher, y la segunda para Villeneuve, Alesi y Panis-. No hubo discusión por la victoria. El canadiense mantuvo su ritmo y venció cómodamente, aunque sin estridencias, con casi seis segundos de ventaja sobre Panis el discípulo del profesor Alain Prost. Éste conservó el segundo lugar por delante de Alesi y Schumacher, a pesar de que los dos intentaron acercarse al final.

"Después del fallo en Mónaco, era importante ganar aquí", explicó Villeneuve tras lograr la octava victoria de su historial. "Nuestra estrategia de parar sólo dos veces ha sido acertada, aunque al final costaba controlar el coche". Schumacher, por su parte, confesó: "Podemos sentirnos contentos con el cuarto lugar. El coche no podía ir más rápido". La próxima prueba del Mundial será el Gran Premio de Canadá, el 15 de junio.

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