CICLISMO GIRO 97

Exhibición de Cipollini en el primer 'sprin' de la ronda italiana

Lido El italiano Mario Cipollini, del equipo Saeco, acaparó el protagonismo en la primera etapa del Giro 97 al conseguir la victoria y la primera maglia rosa de líder en una impresionante demostración de fuerza en los metros finales. Fue un sprint de poderío y astucia, pues el considerado hombre más rápido del pelotón se encontró un tanto solo en los metros finales y para colmo sus rivales más directos no se habían dado cuenta de la situación.Mario Cipollini enfiló los últimos cien metros sorteando las patas de las vallas del lado derecho de la calzada para no perder la parte tra...

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Lido El italiano Mario Cipollini, del equipo Saeco, acaparó el protagonismo en la primera etapa del Giro 97 al conseguir la victoria y la primera maglia rosa de líder en una impresionante demostración de fuerza en los metros finales. Fue un sprint de poderío y astucia, pues el considerado hombre más rápido del pelotón se encontró un tanto solo en los metros finales y para colmo sus rivales más directos no se habían dado cuenta de la situación.Mario Cipollini enfiló los últimos cien metros sorteando las patas de las vallas del lado derecho de la calzada para no perder la parte trasera de su compatriota Minali que era el que estaba mejor situado. Fue a falta de una veintena de metros para el final cuando Cipollini apretó los dientes y safló como un poseso superando a Minali.

Un esprint de poderío y sin duda lo mejor de los primeros 128 kilómetros del Giro 97, que tuvieron como escenario un circuito de Venecia Lido, de ocho kilómetros en la totalidad de sus dieciseis vueltas. Mario Cipollini empleó en esos primeros 128 kilómetros 2 horas, 38 minutos y 17 segundos, a una velocidad media de 48,521 km-hora. Tras él llegaron sus compatriotas Minali, Leoni y Rossato, mientras que el primer español fue Ángel Edo, octavo.

La carrera, que transcurrió lenta para evitar accidentes, cobró más emoción a partir del denominado intergiro, en el kilómetro 64, pues el ruso Konischev, un hombre ráapido, se adelantaba al sueco Magnusson y Baldato. A partir de ahí, la situación cambió por completo pues los equipos con sprinters comenzaron a tomar posiciones y al mismo tiempo a avivar el ritmo para evitar que ninguna de las numerosas intentonas de fuga que se produjeron prosperase.

Más que rodar se volaba pero sin que nadie perdiera el tren y también sin que ninguno de los equipos con sprinters dominara de una forma clara hasta la última vuelta, los últimos ocho kilómetros que fue cuando el Batik de Minali asumió la responsabilidad.

Cipollini, que se había mantenido en la cola del pelotón, realizó una impresionante remontanda y pegado a las vallas cruzó primero la meta logrando así el primer jersey de líder del Giro, cuarto en su cuenta particular y su victoria número diecisiete en sus diferentes participaciones.

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