NECROLÓGICAS

Marisa Vidal, periodista

El último sábado falleció en Tenerife Maisa Vidal Estarriol, periodista. No quiso que nadie lo supiera, y en ese silencio fue incinerada en Santa Cruz. Ese rasgo final de silencio tiene que ver mucho con algunas divisas fundamentales de su vida. Fue como Kim de la India, el amigo de todo el mundo, y prestó su aliento a todos sus numerosos amigos, regalando su tiempo y su energía sin otro límite que los de su propia salud, que era frágil.Una penosa y larguísima enfermedad hizo presagiar hace

astantes meses su muerte, y desde entonces decidió cortar con los demás la información sobre su e...

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El último sábado falleció en Tenerife Maisa Vidal Estarriol, periodista. No quiso que nadie lo supiera, y en ese silencio fue incinerada en Santa Cruz. Ese rasgo final de silencio tiene que ver mucho con algunas divisas fundamentales de su vida. Fue como Kim de la India, el amigo de todo el mundo, y prestó su aliento a todos sus numerosos amigos, regalando su tiempo y su energía sin otro límite que los de su propia salud, que era frágil.Una penosa y larguísima enfermedad hizo presagiar hace

astantes meses su muerte, y desde entonces decidió cortar con los demás la información sobre su estado de salud: quiso siempre dar consuelo a los otros, así que prefirió ocultar su propio sufrimiento. ,

Como periodista trabajó en el ya desaparecido diario La Tarde, de Santa Cruz, y en otros medios informativos, y colaboró también en gabinetes de prensa de diversas instituciones canarias y en el de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

Era de esas personas esenciales en una Redacción, no sólo por su trabajo profesional, sino por el ánimo que era capaz de transmitir al colectivo de sus compañeros. Mucha gente la conoció en todos esos cometidos; para sus amigos resulta inolvidable, y aquellos que la conocieron se extrañarán tanto como todos de saber hoy que aquella mujer llena de vitalidad y optimismo para animar a los demás ya no está en este mundo. Tenía poco más de 50 años, pero siempre parecía que no tenía edad ninguna-

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