El Atlético sique en estado de gracia

Está iluminado el Atlético. Por los dioses, por Diarte... Por lo que sea. El asunto se puede calificar como el milagro del Lobo. Tópicos tan pueriles tienen cabida en situaciones así. Ayer recibió al líder, a uno de los cocos. Y le mandó al infierno merced a un ejercicio mínimamente espectacular, pero efectivo a más no poder.Poco tardó en asomarse a las cercanías de Leal. Y en marcar. Fue Chema quien inició las hostilidades y Ezquerro puso la firma. El Mérida supo encajar el golpe. Controló el juego, pero daño, lo que se dice daño, no hizo. Hasta que apareció Quique Martín Cuando el Atlético s...

Está iluminado el Atlético. Por los dioses, por Diarte... Por lo que sea. El asunto se puede calificar como el milagro del Lobo. Tópicos tan pueriles tienen cabida en situaciones así. Ayer recibió al líder, a uno de los cocos. Y le mandó al infierno merced a un ejercicio mínimamente espectacular, pero efectivo a más no poder.Poco tardó en asomarse a las cercanías de Leal. Y en marcar. Fue Chema quien inició las hostilidades y Ezquerro puso la firma. El Mérida supo encajar el golpe. Controló el juego, pero daño, lo que se dice daño, no hizo. Hasta que apareció Quique Martín Cuando el Atlético se dio cuenta del descosido que le estaba haciendo ya tenía el empate grabado en la frente. Por arriba no veía una y por arriba llegó el gol de Probodzny. En el área había muchos rojiblancos, pero ninguno se enteró de qué iba la historia.

Y cuando el Mérida parecía capacitado para romper el equilibrio, llegó el gol de Chema. Y a última hora, el de Yordi, quizá como despedida, dado que en breve subirá al primer equipo. Si este partido se hubiera jugado hace unos meses, el Atlético se habría llevado un castigo de cuidado. Pero ahora no. Porque es un equipo convencido de que son muchas sus posibilidades. Y que está en estado de gracia. Más que nada, porque cuando peor le salen las cosas, le salen bien.