El Betis hace sus deberes en la Copa

Se suponía que aquello, para el Rayo, era una misión imposible. Y así lo fue, imposible del todo. Imposible por incapacidad, por empequeñecimiento paulatino y por falta de fe. Enfrente había un Betis que asusta porque los números le encumbran. Y que ayer se columpió en el 2-0 de la ida para holgazanear en la noche vallecana. Tan a gusto. Esperó unos minutos con el fin de comprobar si el Rayo salía a morder. En cuanto vio que apenas gruía, se estiró, la tocó sin alardes, y a vivir. Caso cerrado.Sería injusto criticar al Rayo por perder el partido, que eso entraba dentro de lo posible, y la elim...

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Se suponía que aquello, para el Rayo, era una misión imposible. Y así lo fue, imposible del todo. Imposible por incapacidad, por empequeñecimiento paulatino y por falta de fe. Enfrente había un Betis que asusta porque los números le encumbran. Y que ayer se columpió en el 2-0 de la ida para holgazanear en la noche vallecana. Tan a gusto. Esperó unos minutos con el fin de comprobar si el Rayo salía a morder. En cuanto vio que apenas gruía, se estiró, la tocó sin alardes, y a vivir. Caso cerrado.Sería injusto criticar al Rayo por perder el partido, que eso entraba dentro de lo posible, y la eliminatoria, que eso era seguro. Zambrano, que ya había avisado que esto le importaba un pito comparado con la Liga, sacó a todo el que tenía en su plantilla con olor a gol y les mandó a la tarea. En el minuto cuatro remató de cabeza Radchenko y el balón se fue alto por centímetros. Algunos pudieron entonces soñar, que es gratis. Pero de ahí no pasó el Rayo. Ni sus seguidores. Y no lo hicieron porque salía el balón largo hacia Finidi y todos temblaban. ¡Ay madre mía! Y salía hacia Jarni y... ¡ay madre mia! otra vez.

Así jugaba el Betis. Un empujón o una patadita en cuanto el Rayo se asomaba, que ya decidirá el árbitro, y a buscar las bandas. Corría Finidi, corría Jarni, corría el Rayo. Pero el guión de una remontada no se escribe con el rival arrancando furioso ahora sí y después también.

En una de esas llegó el gol de Olías, que mal que bien pasaba por allí. Y el fútbol del Rayo seguía sin ser criticable. Porque es el de Vallecas un equipo aseado que, con Zambrano, gusta de apelar al toque. Y así, con un inmenso regalo de Moreau, llegó el golazo de Guilherme. Pero tampoco aquel empate momentáneo significó que la eliminatoria admitiera más ganador que un Betis cuya segunda parte fue sonrojante, sólo maquillada por el gol de Cañas, un tirazo que entró por la escuadra.

El Celta también pasó

Otro que lo tenía fácil era el Celta, que había ganado 1-2 en Santander y que no se dejó sorprender por el Racing, según informa Pablo López. El partido acabó con 1-0 para los célticos, con gol de Ratkovic (m. 81). Poco fútbol hubo, pero muchas tarjetas: 10 amarillas y dos rojas.

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