FÓRMULA 1 GRAN PREMIO DE AUSTRALIA

McLaren y Mercedes reviven con Coulthard

Schúmacher fue segundo, mientras que Villeneuve y Frentzen tuvieron que abandonar

El piloto esocés David Coulthard (McLaren-Mercedes), de 25 años, consiguió la victoria en el primer Gran Premio de fórmula 1 de la temporada, el de Melbourne, por delante del alemán Michael Schumacher (Ferrari) y del finlandés Mika Hakkinen (McLaren-Mercedes). Desde que en el Gran Premio de Italia de 1955 se impuso Juan Manuel Fangio al volante de un Mercedes, la marca alemana no lograba una victoria en F-1. El vigente campeón, el británico Damon Hill, no pudo tomar la salida al fallar el acelerador electrónico de su Arrows-Yamaha en la vuelta de reconocimiento. La primera carrera supuso un fr...

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El piloto esocés David Coulthard (McLaren-Mercedes), de 25 años, consiguió la victoria en el primer Gran Premio de fórmula 1 de la temporada, el de Melbourne, por delante del alemán Michael Schumacher (Ferrari) y del finlandés Mika Hakkinen (McLaren-Mercedes). Desde que en el Gran Premio de Italia de 1955 se impuso Juan Manuel Fangio al volante de un Mercedes, la marca alemana no lograba una victoria en F-1. El vigente campeón, el británico Damon Hill, no pudo tomar la salida al fallar el acelerador electrónico de su Arrows-Yamaha en la vuelta de reconocimiento. La primera carrera supuso un fracaso para los Williams-Renault, principales favoritos, ya que el canadiense Jacques Villeneuve no consiguió superar un choque en la primera vuelta y el alemán Heinz Harald Frentzen tuvo que abandonar a dos vueltas del final cuando ocupaba el segundo puesto.Fue la 105ª victoria de McLaren en F-1, y sobre todo el final de un periodo de carencia de triunfos, ya que su último triunfo lo había conseguido el malogrado Ayrton Senna en el Gran Premio de Australia de 1993. Si para McLaren esta victoria ha resultado importante, lo es aún mas para Mercedes. La marca alemana, que ganó el título mundial con las flechas de plata en manos de Fangio en 1955, volvió a la F-1 en 1994 con el equipo Sauber y en 1996 pasó a motorizar los McLaren sin conseguir ningún éxito. Este año los McLaren van pintados de color plata, recordando los legendarios vehículos de la década de los cincuenta.

La carrera tuvo muchas alternativas y la elección de neumáticos, unida a las salidas de pista, condicionó el desenlace final. En la arrancada, Villeneuve, que partía desde la pole, no hizo una buena salida y fue superado por sus compañeros de equipo Frentzen, Schumacher y Coulthard; por su parte, el irlandés Eddie Irvine (Ferrari) intentó superar a todos entrando por la derecha y lo único que consiguió fue llevarse por delante a Herbert (Sauber) y al canadiense Villeneuve. Los tres tuvieron que abandonar.

Sin Villeneuve en pista, Frentzen no tuvo demasiados problemas para distanciarse. La clave del comportamiento de, los Williams en entrenamientos y en carrera era la utilización de neumáticos blandos, mientras que la mayor parte de los demás equipos utilizaron un compuesto más duro, que era menos rápido pero permitía hacer la carrera con tan sólo una parada en boxes.

Detrás de Frentzen, David Coulthard encabezó un trío en el que estaban, además, Schumacher y Hakinen (McLaren-Mercedes). Durante las primeras vueltas se produjeron varios accidentes que eliminaron a Ralf Schumacher (Jordan-Peugeot) y Jos Verstappen (Tyrrel-Ford).

En la vuelta 18, Frentzen, paro por primera vez a cambiar sus neumáticos. Sus seguidores, en cambio, pasaron de largo de los boxes. Coulthard heredó la primera posición por delante de Schumacher, que durante toda la carrera siguió de cerca al piloto de McLaren sin poder atacarle.

Los McLaren, al igual que la mayor parte de los pilotos que utilizan neumáticos Good Year, tan sólo planearon una parada en boxes. Schumacher se detuvo en la vuelta 30 y Coulthard lo hizo en la 33 dejando de nuevo a Frentzen en cabeza de carrera. El alemán fue líder durante siete vueltas, hasta que tuvo que entrar a realizar su segunda parada en boxes. Contaba con 23 segundos de ventaja, lo que teóricamente le debía permitir seguir en cabeza, o salir justo detrás de Coulthard y Schumacher, pero un problema con la rueda trasera derecha le hizo perder siete segundos más de lo previsto y volver a la pista en tercera posición. A partir de ese momento Frentzen se lanzó a un fuerte ataque forzando al máximo su Williams-Renault. A ocho vueltas del final, Schumacher hizo un repostaje rápido y un cambio de neumáticos. La máquina de repostaje introdujo menos cantidad de combustible de lo previsto en el depósito del Ferrari, por lo que el alemán entró en boxes otra vez. Schumacher volvió a la pista: en tercera posición; pero, a tres vueltas del final, el freno delantero izquierdo del Williams de Frentzen se rompió y le obligó a abandonar.

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