COPA DE LA UEFA

El Valencia se queda en el molde

El equipo de Valdano, derrotado en Alemania por falta de agresividad

Que nadie lo dude: el principal problema del Valencia es el gol. Sin él no se puede ir a ninguna parte. Y menos a Alemania, que te esperan en cualquier falta para derribarte todo el entramado táctico. Le sucedió ayer al equipo de Valdano ante un rival muy limitado, pero alemán (o sea, muy efectivo). El Valencia tuvo el fútbol de su parte durante todo el primer tiempo, pero no le sirvió de nada. Le esperaba en el centro del área el central Linke para, de un testarazo, hundirle la cabeza bajo el agua al club valenciano. A partir de entonces, con el resultado en contra y la necesidad de fabricar ...

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Que nadie lo dude: el principal problema del Valencia es el gol. Sin él no se puede ir a ninguna parte. Y menos a Alemania, que te esperan en cualquier falta para derribarte todo el entramado táctico. Le sucedió ayer al equipo de Valdano ante un rival muy limitado, pero alemán (o sea, muy efectivo). El Valencia tuvo el fútbol de su parte durante todo el primer tiempo, pero no le sirvió de nada. Le esperaba en el centro del área el central Linke para, de un testarazo, hundirle la cabeza bajo el agua al club valenciano. A partir de entonces, con el resultado en contra y la necesidad de fabricar ocasiones, el Valencia desveló. todas sus carencias de la Liga: fundamentalmente su falta de ofensividad. El Schalke se encondió en su parcela y esperó pacientemente su próxima oportunidad. La única que tuvo y la que marcó un resultado muy incómodo para el Valencia, que, con pocas posibilidades de prosperar en la UEFA, ve acrecentada su inestabilidad.Y eso que, libre de todos tipo de complejos ligueros, el Valencia destapó el partido con arrogancia. Saltaron los chicos de Valdano con el atrevimiento que les exigió su técnico, y el Schalke, de reconocido prestigio defensivo tomó todo tipo de precauciones. El Parkstadion lanzaba suspiros de admiración ante la sorprendente precisión valencianista y Leandro sacaba astillas del larguero en la primera acción.

Casi todo salía según los planes de Valdano. Primero, el atrevimiento. Después, Fernando. Era el hombre clave. Sobre su número 1, el técnico hispano-argentino depositó todos los galones y el centrocampista hizo uso de ellos. Se convirtió en referente obligatorio para sus compañeros, que lo encontraron siempre que preguntaron por él.Desaprovechada un par de ocasiones diáfanas de gol, el Valencia vivía una primera parte tranquila ante la inocuidad del ataque alemán. Pero entonces apareció Thon, el mejor futbolista del Schalke. Metió un centro curvado hacia Linke y éste dejó a Bartual patidifuso. Es la ley de los equipos alemanes. No necesitan jugar mejor que su rival, ni siquiera llegar con profusión al área contraria. Les sirve cualquier falta, cualquier córner, para acabar con el contrario.

Una vez más, el Valencia se quedaba en el molde: bien ubicado, mejor predispuesto y, como de costumbre, incapaz ante el gol. Lo que convierte en inútil casi todos los demás esfuerzos.Quedaba por saber cómo respondería el equipo ante un nuevo golpe a su maltrecho ánimo.

Visto el escaso peligro del Valencia, el Schalke se daba por satisfecho y decidió vivir de las rentas. Sabedor de su superioridad física y del apoyo ambiental, el conjunto alemán propuso un envite muy tosco al que se ofreció con mucho gusto Poyatos, que disfruta con estas refriegas.

Se puso racial el encuentro y el fútbol del inicio del choque pasó a mejor vida. No se veía capacitado al Valencia para el empate y tampoco al Schalke para el 2-0. Lo que es lo mismo que decir que se adelantarían de nuevo los alemanes, como siempre.

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