GENTE

PERRA CHICA

Ángel Gutiérrez, criador y vendedor de perros cántabros, se ha guardado para sí lo que considera un milagro de la genética: una minúscula yorkshire terrier que a los 31 días de nacer pesa solamente 107 gramos y mide apenas diez centímetros, esto es, poco más que una cajetilla de tabaco. Zoila es el nombre de esta perruca de juguete, a quien su dueño considera una especie de bonsai de su raza. Criada con un biberón especialmente elaborado para ella, pues su tamaño le impidió recibir la leche materna, Gutiérrez no ha querido hasta ahora poner precio al ejemplar, que, pese a su tamaño,...

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Ángel Gutiérrez, criador y vendedor de perros cántabros, se ha guardado para sí lo que considera un milagro de la genética: una minúscula yorkshire terrier que a los 31 días de nacer pesa solamente 107 gramos y mide apenas diez centímetros, esto es, poco más que una cajetilla de tabaco. Zoila es el nombre de esta perruca de juguete, a quien su dueño considera una especie de bonsai de su raza. Criada con un biberón especialmente elaborado para ella, pues su tamaño le impidió recibir la leche materna, Gutiérrez no ha querido hasta ahora poner precio al ejemplar, que, pese a su tamaño, muestra una prometedora vitalidad. Cuando Zoila sea adulta acaso no alcance el kilo de peso y por ello será la estrella de la rarezas en las exposiciones caninas.

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