TENIS: OPEN DE AUSTRALIA

Una estructura profesional impresionante

Uno de los factores que han hecho posible la explosión actual del tenis español es contar con una estructura profesional impresionante. No hay ningún jugador que no tenga a su alrededor a un entrenador, una persona que se ocupe de las relaciones comerciales, un médico y un preparador fisico.Carles Moyà es un buen ejemplo de ello. Su evolución ha sido estudiada hasta el último detalle para que llegara a convertirse en el gran jugador que es actualmente. Técnicamente ha tenido acceso a buenos entrenadores, como Jofre Portas, Alberto Tous, Juan Avendaño y Josep Perlas, y a becas que le han facili...

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Uno de los factores que han hecho posible la explosión actual del tenis español es contar con una estructura profesional impresionante. No hay ningún jugador que no tenga a su alrededor a un entrenador, una persona que se ocupe de las relaciones comerciales, un médico y un preparador fisico.Carles Moyà es un buen ejemplo de ello. Su evolución ha sido estudiada hasta el último detalle para que llegara a convertirse en el gran jugador que es actualmente. Técnicamente ha tenido acceso a buenos entrenadores, como Jofre Portas, Alberto Tous, Juan Avendaño y Josep Perlas, y a becas que le han facilitado el camino. Físicamente, su mayor evolución se ha producido en los dos últimos años bajo la dirección de Mariano Hontecillas. "Desde el primer momento nos dimos cuenta de que debía mejorar la explosión de salida. Físicamente era delgado, alto, pero le faltaba llenar sus músculos. Es una persona a quien le cuesta el trabajo físico, pero este año se ha entregado a fondo. Sólo los que hemos estado a su lado sabemos lo que ha sufrido para llegar a donde ahora está. Pero ha valido la pena: ha ganado entre un 5% y 7% de masa muscular. Y eso le permite reaccionar con más fuerza y más velocidad y llegar sobrado a las bolas", comenta Hontecillas.

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Moyà tiene una capacidad aeróbica excepcional: aguanta mucho y su recuperación es muy buena a nivel circulatorio. Además tiene la ventaja de que su frecuencia cardiaca es baja cuando realiza un esfuerzo: entre 160 y 170 pulsaciones por minuto, cuando, por su edad, le corresponderían 200. La mayoría de los jugadores tienen 180 o 190. Pero su recuperación muscular es aún deficitaria con relación a estos datos. Y éstos son los aspectos que siguen trabajando.,

"La orientación se basa en mejorar la masa muscular", prosigue Hontecillas. "En lugar de hacer carreras continuas, debe realizar sprints, esfuerzos cortos para lograr una fuerte incidencia muscular. Los resultados han sido espectaculares", señala. El caso de Moyà no es excepcional. Así trabajan la mayoría de los jugadores de la generación actual.

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