21ª JORNADA DE LIGA

Otra 'bomba' del Extremadura

Los de Almendrajelo agravan la crisis del Deportivo

El Extremadura se ha encaramado a la nube. Su empate contra el Madrid parece haber surtido un espectacular efecto psicológico en el modesto equipo de Almendralejo, que ya se siente capaz de cumplir las misiones más inalcanzables. Porque inalcanzable se antojaba para el Extremadura ganar a un club que ha gastado más de 4.000 millones de pesetas en fichajes. Pero con sus modestas armas, con un derroche de amor propio y facultades físicas, los de Almendralejo amordazaron anoche al Deportivo y sacaron petróleo a un gol de carambola.Los gallegos sólo se bajaron de sus alturas en el, tramo final del...

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El Extremadura se ha encaramado a la nube. Su empate contra el Madrid parece haber surtido un espectacular efecto psicológico en el modesto equipo de Almendralejo, que ya se siente capaz de cumplir las misiones más inalcanzables. Porque inalcanzable se antojaba para el Extremadura ganar a un club que ha gastado más de 4.000 millones de pesetas en fichajes. Pero con sus modestas armas, con un derroche de amor propio y facultades físicas, los de Almendralejo amordazaron anoche al Deportivo y sacaron petróleo a un gol de carambola.Los gallegos sólo se bajaron de sus alturas en el, tramo final del partido, y en ese momento se dieron de bruces con el oficio del portero Navarro Montoya. La derrota ahonda en la extraña crisis que ha envuelto durante la última semana al Deportivo. Si la posición de John Toshack en el banquillo empezaba a antojarse insostenible, Almendralejo pudo haber sido su tumba. Desde que cambió el año, el Deportivo aún no ha ganado. La crisis se hace más profunda, y el divorcio en todas las estructuras del club es prácticamente total.

El Extremadura volvió a demostrar que la precariedad futbolística puede suplirse -o al menos atenuarse- con entusiasmo, concentración, y orden táctico.

Desde su humildad, Josu Ortuondo ha edificado un grupo aguerrido y con un punto de mesianismo, que a su generoso esfuerzo une la virtud de no acomplejarse ante las mareantes cuentas bancarias que desfilan cada dos semanas por Almendralejo. La extenuante presión del conjunto azulgrana provocó desde el inicio un enorme cortocircuito a su rival.

El Deportivo disfrutó del balón y del control del juego, pero todo se quedó en un espeso y engañoso ejercicio de autoridad. Durante la plomiza primera parte -interrumpida brevemente, por la lesión del árbitro-, las escasas llegadas al área con cierta pretensión de peligrosidad fueron casi todas del Extremadura.

El Deportivo, además, jugaba sin delanteros. Bueno, Manjarín ocupaba esa posición, pero Manjarín tiene tanto de delantero como Toshack de peticionario de Cáritas. Cada vez que el técnico insiste con esa alineación, el Deportivo parece que juegue escalando una montaña: todos sus intentos mueren en las cercanías de la cima.

Con el partido enredado entre la presión del Extremadura y la incapacidad del Deportivo, estaba escrito que un gol sería determinante. El tanto fue una colección de absurdos, por el despeje de tacón de Helder y por la afortunada acción de Silvan¡, que marcó como sin querer, tras caerse ante Nando.

Pero el tanto subió al marcador, y para el Extremadura fue un tesoro. Hasta el final, todo se redujo a un ejercicio de impotencia del Deportivo, que culminó su semana negra de la manera más negra posible.

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