Más rápido que Gil

El último entrenador del Zamora, Joaquín de Paz, decide dimitir a los tres minutos de su primer partido

Con Jesús Gil y Gil algún entrenador hubo que ni siquiera llegó a sentarse en el banquillo en un partido oficial; pero el último entrenador del Zamora, CF, que navega por las aguas del grupo VIII de Tercera División, superó al propio presidente del Atlético de Madrid. Ni siquiera hizo falta que lo cesaran porque no dio ni la oportunidad: decidió dimitir a los tres minutos de su primer partido. Presentó su dimisión efectiva al día siguiente después le sus primeros 90 minutos dirgiendo al equipo. Se llama Joaquín de Paz y su razón para tan sorpresiva dimisión no fue el hecho de que debutara con ...

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Con Jesús Gil y Gil algún entrenador hubo que ni siquiera llegó a sentarse en el banquillo en un partido oficial; pero el último entrenador del Zamora, CF, que navega por las aguas del grupo VIII de Tercera División, superó al propio presidente del Atlético de Madrid. Ni siquiera hizo falta que lo cesaran porque no dio ni la oportunidad: decidió dimitir a los tres minutos de su primer partido. Presentó su dimisión efectiva al día siguiente después le sus primeros 90 minutos dirgiendo al equipo. Se llama Joaquín de Paz y su razón para tan sorpresiva dimisión no fue el hecho de que debutara con derrota in casa, en contra de la tradición, sino que se dio cuenta de que "no tenía sintonía con los jugadores".Joaquín de Paz fue fichado por la directiva zamorana para hacerse cargo de la plantilla tras el cese de Eduardo Enderiz, después de una racha de resultados negativos y una campaña mediocre a pesar de estar entre los puestos de cabeza.

El nuevo entrenador, que declaró su intención de poner "trabajo y esfuerzo" para mejorar la situación del equipo, en realidad ya entró con algo de mal pie. El martes 7 de enero era su primer día de trabajo con la plantilla, pero el entrenamiento tuvo que suspenderse a causa del temporal de nieve que afectó a Zamora. Dirigió apenas los tres entrenamientos de la semana antes de su primer partido, que enfrentaba al Zamora en su estadio con el Salmantino, filial de la U. D. Salamanca.

El día del partido todo pareció normal en el banquillo, incluso a pesar de que el equipo local acabó perdiendo 0-1 y no se había cumplido siquiera la tradicional victoria que obtienen los clubes con relevo de entrenador. Simple mala suerte. El mismo entrenador decía en los vestuarios al término del encuentro que la situación se podía mejorar pese al traspié sufrido. La sorpresa llegó a la mañana siguiente cuando el técnico Joaquín de Paz y la directiva zamorana convocaron a los medios de comunicación, para hacer formal la noticia: dimitía.

¿No aguantó la presión?... No, nada de eso. "Me dí cuenta que no existe sintonía entre el entrenador y los jugadores", alegó en su descargo. No fue lo único. Preguntado por el momento en que decidió presentar la dimisión fue igualmente rotundo: "Lo tuve claro en el minuto tres de partido". En ese minuto el encuentro aún estaba con el marcador inicial. El salmantino no marcó el gol de la victoria hasta 30 minutos después.

Curiosamente, nadie en el banquillo zamorano recuerda dónde pudo estar la "falta de sintonía" entre entrenador y jugadores: Ios jugadores estaban en su sitio tal como se les había dicho y nadie llamó la atención de lo contrario desde el banquillo", reconoció un miembro de la entidad zamorana.

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