Viene el frío, se va la venta

La estufa como refugio. Román Cinta y Rosendo Pérez, que atienden un puesto de fruta plantado desde hace una década en la autovía de Colmenar, pusieron buena cara al mal tiempo. "Cuando hace frío no para nadie a comprar, así que nosotros nos refugiamos ahí detrás", explican. Y ahí detrás hay una habitación hecha con maderas y cubierta con una lona. En ella reina una estufa que funciona con leña o carbón.Durante el pasado temporal, los hombres apenas abandonaron el precario refugio: no había clientes que atender. A quien sí atendieron, en cambio, fue a los dos o tres conductores que se accident...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La estufa como refugio. Román Cinta y Rosendo Pérez, que atienden un puesto de fruta plantado desde hace una década en la autovía de Colmenar, pusieron buena cara al mal tiempo. "Cuando hace frío no para nadie a comprar, así que nosotros nos refugiamos ahí detrás", explican. Y ahí detrás hay una habitación hecha con maderas y cubierta con una lona. En ella reina una estufa que funciona con leña o carbón.Durante el pasado temporal, los hombres apenas abandonaron el precario refugio: no había clientes que atender. A quien sí atendieron, en cambio, fue a los dos o tres conductores que se accidentaron a esta altura de la carretera (kilómetro 16).

Los fruteros lamentan que el frío haya provocado una caída en picado de sus ventas, más altas los viernes y los sábados, cuando buen número de madrileños ponen rumbo a la sierra y empiezan a llenar la despensa en la misma carretera. El puesto, anunciado con un eterno cartel de sandías en oferta, sigue con un amplio surtido y poca clientela.

Ahora los hombres miran al cielo con esperanza. Si el frío vuelve, les queda la estufa de leña. Y la primavera, que siempre llega.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En