FÚTBOL DECIMOCTAVA JORNADA DE LIGA

La nevada de la discordia

El Rayo-Sevilla se suspende entre la indignación local

No hubo fútbol, ni goles. Ni siquiera violencia, gritos o algo similar. Pero sí discordia, caras largas, indignación y supuestas malas artes. El Rayo-Sevilla no se jugó sobre el césped de Vallecas. Se jugó durante breves minutos en el vestuario de Puentes Leira, el árbitro. No hubo allí futbolistas, pero sí dos técnicos, Paquito y Camacho, que defendían posturas opuestas. Porque uno veía un vergel en el terreno de juego. Y el otro una pista de esquí. El Rayo quería jugar; el Sevilla, no. Le tocaba decidir al juez. Ganó el Sevilla.Cerca de 3.000 aficionados esperaban la apertura de las puertas,...

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No hubo fútbol, ni goles. Ni siquiera violencia, gritos o algo similar. Pero sí discordia, caras largas, indignación y supuestas malas artes. El Rayo-Sevilla no se jugó sobre el césped de Vallecas. Se jugó durante breves minutos en el vestuario de Puentes Leira, el árbitro. No hubo allí futbolistas, pero sí dos técnicos, Paquito y Camacho, que defendían posturas opuestas. Porque uno veía un vergel en el terreno de juego. Y el otro una pista de esquí. El Rayo quería jugar; el Sevilla, no. Le tocaba decidir al juez. Ganó el Sevilla.Cerca de 3.000 aficionados esperaban la apertura de las puertas, que nunca se produjo. La nieve había invadido el terreno de juego de fondo a fondo y de banda a banda. Era imposible encontrar allí una brizna de hierba que no se hubiera teñido de blanco. Se dio un garbeo el árbitro por el césped y volvió a su caseta. Allí se reunió con Paquito y Camacho. Les escuchó y dictó sentencia. 25 minutos antes de la hora prevista para el inicio del partido decidió suspenderlo. Camacho regresó a su vestuario y ordenó a los suyos que recogieran sus enseres, que el autobús esperaba. Paquito, cabizabajo, decidió entrenar: "Quería demostrar", comentó, "que se puede jugar perfectamente. Y lo he demostrado".

Pero el Sevilla no estaba por la labor. Camacho argumentó que era imposible jugar: "Incluso es peligroso intentarlo, porque sería fácil que se produjeran lesiones. Si el Rayo se entrena es su problema. Aquí no se puede jugar al fútbol.

Y al autobús se fue. Por las cercanías del vestuario surgieron comentarios sobre las malas artes del Sevilla. Y se asoció con Camacho la palabra miedo. Jiménez, el capitán, quiso poner paz: "Nosotros queremos jugar un partido de fútbol, no echarlo a suertes. No se puede salir al campo a ver qué pasa. En el Rayo deben pensar que nunca hemos visto la nieve".

Salió el árbitro del vestuario y regresó a su hotel, donde esperó hasta primeras horas de la tarde por si ambos equipos llegaban a un acuerdo. Pero el Sevilla, por entonces, viajaba en el AVE. Comenzó el Rayo a gestionar la posibilidad de que el partido se disputara hoy. Y se encontró una nueva negativa de su rival, que rechazó la solución porque el miércoles juega contra el Deportivo en la Copa.

El caso es que el Rayo finalizó su entrenamiento bajo la nieve y Paquito se arrancó: "Es absurdo. Hoy el césped era un vergel en comparación a como ha estado toda la semana. Aquí se puede jugar, pero al Sevilla, con las bajas que tiene, le interesaba suspenderlo. Y lo ha conseguido. No sé si el árbitro se ha sentido presionado, pero sí que aunque Pavarotti y El Fary cantan muy bien, al primero se le oye más".

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