FÚTBOL DECIMOCTAVA JORNADA DE LIGA

El Atlético hace valer su puntería

El Extremadura puso a los rojiblancos en más aprietos de lo que dice el resultado

El Atlético ejerció el despotismo de los grandes y acalló a golpe de goles la pequeña revolución del proletariado rural que propuso Josu Ortuondo. Para los de Antic lo mejor fue el resultado en un partido que resolvió con una formación tan provisional como práctica y en la que los dos debutantes, Prodan y Paunovic, se engarzaron cómodamente. Acumula el Atlético un nuevo resultado positivo, pero no es para echar las campanas al vuelo. Al fin y al cabo fue un triunfo ante el colista y su juego, aunque disciplinado, estuvo disperso en líneas generales y cohibido en muchos momentos.Josu Ortuondo a...

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El Atlético ejerció el despotismo de los grandes y acalló a golpe de goles la pequeña revolución del proletariado rural que propuso Josu Ortuondo. Para los de Antic lo mejor fue el resultado en un partido que resolvió con una formación tan provisional como práctica y en la que los dos debutantes, Prodan y Paunovic, se engarzaron cómodamente. Acumula el Atlético un nuevo resultado positivo, pero no es para echar las campanas al vuelo. Al fin y al cabo fue un triunfo ante el colista y su juego, aunque disciplinado, estuvo disperso en líneas generales y cohibido en muchos momentos.Josu Ortuondo aparece como uno de esos escasos exponentes del romanticismo futbolístico. Se sostiene en base a una fe ciega en sus convicciones y se enfrenta con una valentía singular a situaciones manifiestamente desequilibradas como la de ayer. En tono retórico y familiar había advertido que su equipo, junto al Atlético, es, como bloque, lo mejorcito de la Liga, y desde esa perspectiva indiscreta y arrogante planteó un partido abierto y sin temores previos.

Porque el Extremadura arrancó explosivo y mucho más seguro que su rival en el control del balón sobre un terreno traicionero en el que Duré flotó inicialmente como pez en el agua y Toni se ahogó, incapaz de sujetar al argentino. De las botas de Duré salieron cuatro centros que rompieron a una zaga rojiblanca enquistada. Fue un fútbol de miserias y enredos en el centro del campo. El Extremadura desaprovechó las circunstancias de un López hecho un manojo de nervios, pero Antonio se empapó de lentitud y torpeza con su rudimentaria técnica.

La formación que presentó Antic estaba abierta a cualquier especulación. Ausentes seis titulares, la oferta rojiblanca resultaba imprevisible. El balcánico trató de consolidar la zaga con el debutante Prodan y un López restituido a una posición que se le antojó en sus primeros instantes harto incómoda. La reforma continuó en la línea medular con otro debutante, Paunovic, en la banda derecha, arropado por Vizcaíno y Caminero, mientras Bejbl se ajustaba en la banda izquierda. Arriba, Kiko se reencontró con Juan Carlos como compañero de fatigas ya arrancadas.

Los males le llegaron al Atlético por atrás. Prodan trató de dar contundencia a una zaga imprecisa. La mediana se convirtió en un mercadillo del pelotazo hasta que la fortuna se vistió de rojiblanco; eso sí, con generosa invitación de la zaga local en un fallo de marcaje. Por momentos, el Extremadura bajó la guardia y el Atlético asomó la cabeza con cierto orgullo. Sin embargo, un Ortuondo incorregible engordó su caudal ofensivo con Ferreira y Quique; el conjunto azulgrana tiró de carácter, y, tras el descanso, el Atlético mostró al desnudo un cúmulo de debilidades.

Sólo un penalti escamoteado por Japón Sevilla, un par de intervenciones precisas de Molina y la mala fortuna para el Extremadura en forma de larguero, recondujeron la teórica lógica a favor del Atlético. Cuando más dominaba y mejor jugaba el Extremadura llegó el segundo gol atlético para desolación de la grada. Dos apariciones certeras de Kiko, justo en ese momento en el que más le puede doler al rival, adelantaron el final de un partido extraño pero emotivo.

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