La plantilla del Barça se encara con Robson

El equipo pide explicaciones sobre las primas en vísperas del partido contra el Athletic

Bobby Robson, técnico del Barca tuvo que capear ayer el primer conflicto colectivo en el vestuario azulgrana desde que sustituyó a Johan Cruyff. El entrenador británico desencadenó un profundo malestar en el camerino al alinearse con la directiva de Josep Lluís Núñez y afirmar que los futbolistas no tenían razón al exigir un aumento de las primas. La plantilla, profundamente molesta, pidió explicaciones al entrenador, con quién se reunió durante más de una hora. "No nos han gustado nada sus declaraciones", señaló el capitán Gica Popescu. El incidente ha abierto un abismo entre el técnic...

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Bobby Robson, técnico del Barca tuvo que capear ayer el primer conflicto colectivo en el vestuario azulgrana desde que sustituyó a Johan Cruyff. El entrenador británico desencadenó un profundo malestar en el camerino al alinearse con la directiva de Josep Lluís Núñez y afirmar que los futbolistas no tenían razón al exigir un aumento de las primas. La plantilla, profundamente molesta, pidió explicaciones al entrenador, con quién se reunió durante más de una hora. "No nos han gustado nada sus declaraciones", señaló el capitán Gica Popescu. El incidente ha abierto un abismo entre el técnico y la plantilla. Núñez exigió ayer al propio Robson y a sus directivos que cierren la próxima semana el conflicto.Robson afirmó el jueves en la cadena SER: "El esquema de la junta es bueno. Los jugadores ya cobran bastante. Ahora tienen que ganar títulos". Hacía apenas unas horas que los tres capitanes, Popescu, Guardiola y Amor, habían acudido por tercera vez en unas semanas a las oficinas del club para negociar el incremento de las premios -que consideran desfasados- por los títulos conseguidos. Las tres veces fracasaron porque el club les ofrece el aumento del IPC. No les atendió ningún peso pesado de la directiva. Sólo Jaume Parés, el administrador del club.

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Vestuario disgustado

Las palabras de Robson corrieron ayer como la pólvora. La reacción no se hizo esperar. El Barça iba a entrenarse ayer a las 11.30, pero Popescu, Guardiola y Amor, precisamente los tres capitanes confirmados ayer mismo por Robson, exigieron una reunión en el vestuario. Se alargó hasta las 12.45. El ensayo antes de partir a Bilbao se pospuso. "No ha gustado nada lo que dijo", explicaría después Popescu en su primer acto como capitán. "Es un asunto interno. Mañana [por hoy] jugamos en San Mamés. ¿Qué nos ha dicho Robson?", dijo Popescu, tremendamente serio. "Veremos ahora cuál será su reacción".

Y Robson apareció sonriente. "Es un asunto interno. Tengo esperanzas de que el asunto se solucione la semana que viene. Lo más importante es ganar partidos y el campeonato", explicó. No aclaró quién le pidió la reunión, aunque recordó que estaba previsto un encuentro para designar a los capitanes. "Mis palabras fueron sentimentales; sólo quiero que la negociación se arregle y que los jugadores se dediquen a jugar al fútbol". No se retractó. "¿Es consciente de que los resultados alimentarán este conflicto provocado por usted", le planteó un periodista. "¡Usted sólo se dedica a crear historias!", le respondió Robson malhumorado. "¿No cree que su postura es peligrosa? ¿No cree queh a metido la pata?", le expuso un segundo. "Este es un asunto muerto. Se habla de esto porque no se puede decir nada de nosotros [en alusión al liderato del Barça]... Ya les he dicho a los jugadores que se malinterpretaron mis palabras...", dijo cuando llevaba más de l0 minutos de intervención.

El Barca no conoce los términos medios. Va de extremo a extremo. O tiene a un técnico -Cruyff- que provocó casi una guerra civil en el club o a otro -Robson- que en su debut liguero en el Camp Nou dedicó la victoria a Núñez. Ese día era su cumpleaños. Sin el carisma y el ascendiente de Cruyff, Robson se ha declarado siempre un hombre de empresa. Pero su postura es cada vez más delicada ante sus jugadores. Con una plantilla de 24 jugadores, Robson sólo utiliza a unos 14 o 15 futbolistas y casi prescinde de los demás. No cuenta con los canteranos, poco o nada con jugadores consagrados- Prosinecki, Cuéllar- y fue capaz de castigar un día a Pizzi por no aceptar un cambio y perdonarle un día después.

Núñez ordenó ayer a Robson, al vicepresidente Joan Gaspart y al administrador que zanjen el problema para evitar que "se pudra". Popescu acusó al Barça de ser el único club de Europa que aún no ha resuelto el asunto de las primas, pero la directiva niega tal afirmación. "Se cerró hace cuatro años cuando la asamblea de compromisarios acordó aplicar a las primas el IPC", dijeron fuentes del club. Otras fuentes consultadas afirman que la plantilla cobró en la temporada pasada unos 400 millones de pesetas pese a no ganar ningún título, y en la actual podría cobrar 600 millones si gana la Liga y 800 si se adjudicara también la Copa y la Recopa.

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