El arca de Noé se vino abajo

Una mujer de Castellón estuvo ocho horas atrapada junto a sus perros y gatos al derrumbarse su casa

Castellón "Chillaba con todas mis fuerzas, pero nadie me oía". Rosa Monferrer Albert, de 60 años, permaneció durante ocho horas atrapada entre los escombros de su vivienda , ubicada en el casco antiguo de Castellón, después de que ésta se derrumbara parcialmente en la tarde del miércoles. Ninguno de los numerosos bomberos que participaron en las labores de desescombro y rescate esperaba ya un desenlace feliz. Sin embargo, Rosa resurgió de entre las ruinas de, su casa sana y salva. Uno de sus nueve perros, sus ángeles de la guarda, indicó el lugar exacto en el que la mujer se hallaba."Mis, perr...

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Castellón "Chillaba con todas mis fuerzas, pero nadie me oía". Rosa Monferrer Albert, de 60 años, permaneció durante ocho horas atrapada entre los escombros de su vivienda , ubicada en el casco antiguo de Castellón, después de que ésta se derrumbara parcialmente en la tarde del miércoles. Ninguno de los numerosos bomberos que participaron en las labores de desescombro y rescate esperaba ya un desenlace feliz. Sin embargo, Rosa resurgió de entre las ruinas de, su casa sana y salva. Uno de sus nueve perros, sus ángeles de la guarda, indicó el lugar exacto en el que la mujer se hallaba."Mis, perros me han salvado", repetía constantemente Rosa. La mujer relató que una de sus perras, Palometa, que pereció junto a su cría, le indicó la existencia de peligro con insistentes ladridos. Rosa, alertada, se dirigió hacia el patio interior de la vivienda. Entonces oyó un ruido estrepitoso y, en cuestión de segundos, vio que tras ella la casa se desplomaba. Todas las habitaciones de la casa, incluida la que en momentos antes había estado cenando, quedaron convertidas en polvo y ruinas.Con el rostro cubierto por un retal de tela para evitar la inhalación de polvo y partículas, Rosa permaneció inmóvil y atemorizada, con la esperanza de que algán vecino hubiera alertado a los bomberos. "Mi casa no estaba para caerse, no tenía ni goteras", reiteraba ayer la mujer.La casa, ubicada en el número 33 de la calle Isabel Ferrer, se encontraba en estado ruinoso, como tantas otras viviendas del casco antiguo de Castellón, muchas de ellas todavía habitadas. El concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de la capital de La Plana, Víctor Falomir, indicó ayer que desde 1991 se han tramitado más de 3.000 órdenes de ejecución para exigir a los propietarios la reparación de deficiencias arquitectónicas.

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