Entrevista:

"Hay que recuperar las competiciones para niños"

Ningún deportista, español ha llegado tan alto como él. Literal. José Manuel Arcos Gil -vallisoletano en el carné de identidad por esas vueltas que da la vida, pero getafense en ejercicio a todos los efectos- ha conseguido esta temporada saltar con su pértiga sobre un listón situado, a 5,76 metros, lo que le convierte en vigente plusmarquísta nacional. Dice que el veneno de las alturas es de esas cosas que no se le pasan a uno y, como sólo tiene 23 años, puede imaginársele en los primeros lugares del atletismo español. "Durante el siguiente ciclo olímpico, los pertiguistas españoles podemo...

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Ningún deportista, español ha llegado tan alto como él. Literal. José Manuel Arcos Gil -vallisoletano en el carné de identidad por esas vueltas que da la vida, pero getafense en ejercicio a todos los efectos- ha conseguido esta temporada saltar con su pértiga sobre un listón situado, a 5,76 metros, lo que le convierte en vigente plusmarquísta nacional. Dice que el veneno de las alturas es de esas cosas que no se le pasan a uno y, como sólo tiene 23 años, puede imaginársele en los primeros lugares del atletismo español. "Durante el siguiente ciclo olímpico, los pertiguistas españoles podemos hacer cosas muy importantes", vaticina.Pregunta. ¿Qué se siente al desplomarse al vacío una y otra vez desde casi seis metros de altura?

Respuesta. Estás tan acostumbrado que apenas sientes nada; si acaso, impaciencia por llegar a la colchoneta y dar un salto de alegría si has superado el listón.

P. ¿La pértiga es, en atletismo, la modalidad de los más intrépidos?

R. Digamos que te tiene que atraer desde pequeño eso de subir, bajar y ponerte boca abajo. Yo era el típico crío que no paraba de trepar a los árboles o que tiraba los coches por la ventana para verlos caer. No un diablillo, pero sí un chaval inquieto y casi siempre con la cabeza escalabrada...

P. Y así fue que, de mayor, decidió seguir abonado a las emociones fuertes.

R. Claro, claro. En los pasados Juegos Olímpicos de Atlanta, por ejemplo, otro pertiguista, Juan Gabriel Concepción, y yo fuimos los únicos de la expedición española que montamos en un artilugio que te lanzaba a 50 metros de altura sujeto por unas gomas.

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P. ¿Es el suyo un deporte potencialmente peligroso?

R. No tiene por qué pasar nada, aunque codos, manos, dedos y pies se han roto a millares. Y, a veces, otras cosas... Mi amigo Daniel Martín se machacó un testículo con un listón: se le enganchó en la caída, y como con los pantalones de competición no llevas calzoncillos... Tuvo que ser dolorosísimo, pero. Daniel se repuso diciéndome: 'Hoy no me podrán decirque no me los he dejado en la pista'.

P. ¿Qué tal está preparado Getafe para el atletismo?

R. Instalaciones hay de sobra, aunque yo entreno en Madrid porque necesito cosas específicas. La colchoneta, sin ir más lejos. De todos modos, habría que recuperar los cross escolares, las competiciones para niños. Cuando era un chaval nos juntábamos muchísimos, era fundamental. No para que haya deportistas de élite, eso es lo de menos, sino para generar cultura deportiva.

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